La Amante [rivari]

Cap18: A Step towards the Light

Omnisciente

El arresto de Juan fue solo el comienzo de una nueva etapa en la vida de Samantha. A pesar del alivio momentáneo, las secuelas del terror y la tensión aún persistían. La vida había cambiado, y ahora cada movimiento debía ser calculado, cada paso medido con cuidado. La policía aseguró a Samantha que Juan enfrentaría cargos serios y que se tomarían medidas para garantizar su seguridad, pero el miedo no se disipaba tan fácilmente.

Osvaldo, siempre presente, se convirtió en una figura esencial en la vida de Samantha. Su apoyo inquebrantable y su disposición para ayudarla en cualquier momento demostraron ser un ancla en medio de la tormenta.

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Días después del arresto, Samantha se sentó en la sala de estar de Osvaldo, mirando fijamente la pantalla de su computadora portátil. Estaba buscando información sobre víctimas de acoso y cómo reconstruir su vida después de un evento tan traumático. Osvaldo entró en la habitación con dos tazas de café, colocó una en la mesa frente a ella y se sentó a su lado.

-¿Cómo te sientes hoy, Sam? -preguntó suavemente el pelo negro alto.

Samantha suspiró, sin apartar la vista de la pantalla.

-Mejor, supongo. Pero no puedo evitar sentir que él sigue ahí, observándome.

Osvaldo asintió comprensivamente.

-Es normal sentir así después de lo que has pasado. Pero recuerda, no estás sola. Vamos a superar esto juntos.

Samantha sonrió débilmente y tomó un sorbo de café. La calidez de la bebida le brindó un poco de consuelo. Decidió que necesitaba algo más que la ayuda de la policía y de sus amigos; necesitaba hablar con un profesional.

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Samantha comenzó a ver a una terapeuta especializada en trauma y acoso. La doctora Fernández era una mujer de mediana edad, con una voz calmada y una presencia reconfortante. En sus sesiones, Samantha habló sobre sus miedos, sus pesadillas y el constante sentimiento de estar vigilada. La doctora Fernández la ayudó a desarrollar estrategias para manejar su ansiedad y le enseñó técnicas de relajación.

-El primer paso hacia la sanación es aceptar lo que has pasado y permitirte sentir -le dijo la doctora Fernández durante una sesión-. No te castigues por tener miedo. Es una respuesta natural a lo que has vivido.

A medida que pasaban las semanas, Samantha comenzó a sentirse más fuerte. Aprendió a reconocer sus desencadenantes y a enfrentarlos con mayor confianza. Aunque las cicatrices emocionales eran profundas, sabía que estaba en el camino correcto.

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Mientras tanto, la vida continuaba. Osvaldo y Samantha establecieron una rutina que les permitía sentir cierta normalidad. Desayunaban juntos todas las mañanas, y luego Osvaldo la llevaba a su trabajo, asegurándose de que llegara sana y salva. Samantha había tomado una licencia temporal, pero sabía que eventualmente tendría que volver a su empleo.

Una mañana, mientras caminaban hacia la oficina, Osvaldo miró a Samantha con preocupación.

-¿Estás segura de que estás lista para volver al trabajo? -preguntó.

Samantha asintió.

-Sí, creo que es hora. No puedo dejar que el miedo controle mi vida para siempre.