Te encontré

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Jimin estaba en el jardín, Cha no lo había dejado un momento a solas hasta ese momento, tocó su vientre y pensó en cuan feliz estuviese su madre de saber que tendría un nieto. Sin embargo, sabía que jamás volvería a ver a su madre a no ser en las revistas de sociedad. De pronto vio a unos hombres que recolectaban la basura, sabía que era su oportunidad y se levantó para seguir el plan de su amigo, su soulmate. 

─ ¿Jimin?─ preguntó un hombre con tapabocas. Jimin supo que aunque deseara estar con aquel hombre que por un momento le había trastornado el corazón no podía caer en algo así. 

─ Sí. 

─ Entra a este depósito de la basura. ─ dijo señalando el barril donde habían echado la basura del jardín. Jimin asintió y no esperó más, le entregaron una máscara de oxígeno, pues iba a sellar el contenedor, Jimin se la colocó con el pequeño tanque de gas, ni siquiera le importó la suciedad,  debía alejarse tanto como pudiera de Jeon pues, sin conocerlo, amaba a su hijo. Los hombres sacaron toda la basura con rapidez pues afuera les esperaban sus jefes quienes les habían pagado muy bien para que le llevaran al joven. 

Al salir de la mansión, condujeron unos kilómetros y luego lo trasladaron a otro auto, donde lo llevaron lejos de aquella ciudad. A Jimin le pareció una eternidad, pero cuando fue sacado de aquel bote de basura sintió el sol en su rostro, se cubrió los ojos con el antebrazo y luego los brazos fuertes de un hombre lo tomaron para poderlo poner sobre sus pies. El aroma del campo llenó sus sentidos, entonces lo vio al hermano de Taehyung quien se acercó y lo abrazó. 

─ Jimin, jamás pensé que te volveríamos a ver. 

─ SeokJin, tanto tiempo. ─ dijo sonriendo, entró a la hermosa casa campestre, NamJoon estaba conversando con su hijo, tenía doce años y era un chico muy listo. ─ ¡Hola, NamJoon!

─ Jimin, mira este es mi hijo, Beomgyu. ─ Jimin le saludó con una hermosa sonrisa, el chico le vio de pies a cabeza y luego saludó. 

─ ¡Hola! ¿Cómo está el tío Tae?─ Preguntó el chico, Jimin se sentó a su lado. 

─ Él está bien, pero yo necesito un baño. ─ dijo olfateándose, Beomgyu tomó su mano y le besó el dorso. 

─ Créeme tu belleza no se empaña con la suciedad, precioso...¡Ahhh!─ gritó cuando Jin lo alejó de Jimin jalándolo de las orejas. 

─ ¡Alto allí, Romeo! Tu tío te matará si coqueteas con su amigo.─ Jimin sonrió y fue a la habitación que le habían asignado, se quitó la ropa para lanzarla a la canasta de la ropa sucia y se metió a la ducha. Se limpió la suciedad y vio algunas marcas en su cuerpo que aún quedaban de sus encuentros con Jungkook, pero ya pronto se borrarían pues habían pasado casi un mes si verse por los viajes de este. 

Recordó como su corazón se agitó ante aquellas palabras que le susurraba cuando creía que hacían el amor, pero solo habían sido estrategias de Jeon para llevarlo a la cama. Sintió agua cálida en sus mejillas y se dio cuenta de que lloraba, lo odiaba. Le había hecho sentir emociones que él no se sentía, Jungkook podía sentir placer con cualquiera y no solo con él. 

Cuando terminó encontró un cambio de ropa, se vistió y buscó su ropa sucia, pero ya no estaba. Salió y vio a Jin metiendo su ropa en la lavadora, se acercó a él y lee ayudó con la demás ropa. ─ No tienes que hacerlo...

─ ¡Por favor! Lo he hecho toda mi vida, esto es nada con lo que he tenido que hacer. 

─ ¿No extrañas a tu madre?

Jimin sonrió apesarado, desde luego que la extrañaba, pero su familia ya no era para él. Su madre no era como su padre, pero tampoco podía ir en contra de él. ─ Desde luego que sí, pero ella jamás me perdonará lo que hice, ella no entiende que el amor hacia alguien no debe obviar sus crímenes. 

Limón y SalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora