Capítulo O3.

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Ante los primeros rayos de luz que la mañana empezaba a dar, Seokjin se despertó perezosamente, estirándose y dando vueltas por toda la cama.

Se quedó así durante unos minutos hasta que decidió levantarse. Buscó la ropa que Taehyung le había prestado el día anterior y se lo colocó, saliendo en dirección a la cocina.

Ahí, se encontraba ya el pelinegro, portando una vincha en la cabeza que apartaba todo cabello de su rostro. No podía negar que se veía sumamente gracioso de esa forma, llorando solo por cortar cebollas.

–Buenos días. –lo saludó Taehyung, continuando con su labor sin percatarse de nada. – Siéntate, el desayuno estará pronto.

Jin alzó una ceja dudando de las palabras del ya no tan extraño chico.

–Puedo ayudarte. –dijo, y sin esperar respuesta alguna le quitó el cuchillo de la mano para empezar a cortar él mismo las cebollas.

El pelinegro se lo agradeció internamente pues sus ojos ya no le daban para más, estaba casi seguro de que ya estaba seco por dentro.

–¿Haremos bimbimbap? –preguntó, y el pelinegro solo atinó a asentir. –Puedes cortar las zanahorias, hongos y calabacines mientras yo me hago cargo de lo demás. —su arrogancia claramente se pudo distinguir.

Taehyung no dijo nada más e hizo lo que el castaño le había pedido. Y veinte minutos después ya tenían listo el desayuno.

–Buen provecho. –dijeron ambos antes de empezar a comer.

El reloj marcaba las ocho y media de la mañana, y Seokjin no se encontraba ni un poquito asustado por llegar al departamento que compartía con Yoongi. Ahora solo pensaba en lo bien que sabía la comida, y en lo cómoda que era la presencia de Taehyung.

Este en ningún momento lo había hecho sentir incómodo, al contrario, siempre trataba de que el ambiente fuera cálido y agradable.

Al terminar de comer Taehyung le dijo que podía ir a bañarse mientras él limpiaba todo ahí. Se lo agradeció y salió en dirección al baño de la habitación en la cual había dormido.

Su baño duró unos diez minutos, diez minutos en los cuales había tratado de buscar una excusa creíble sobre su desaparición durante toda la noche.

Cuando salió, en la cama había ropa limpia, de la colocó sin pensarlo mucho y salió al encuentro con Taehyung.

–¿Quieres que te lleve a casa?

–Sí, por favor. Gracias por permitirme quedarme. –hizo una reverencia de 90°, demostrando lo agradecido que estaba.

–No es nada, cualquier persona lo hubiese hecho.

Jin sonrió por lo agradable que era ese hombre y salieron de ahí.

A través de la ventana podía observar las tiendas que adornaban todo Itaewon. Estaba muy lejos de casa. No sabía cómo es que había caminado desde Gangman-gu hasta cerca del río Han. Era un recorrido demasiado largo.

–¿Vives solo? – volteó su mirada hacia Taehyung, quien lo miraba sonriente esperando una respuesta, luego volvió la cabeza a la carretera.

–No, yo vivo con mí.. –¿Qué era Yoongi ahora mismo? ¿su novio? ¿amigo? Con lo sucedido anoche ya no estaba tan seguro. –Con mí pareja. –se limitó a decir.

Tae no dijo nada y se concentró en todo el camino a conducir, cuando llegaron se quedaron unos segundos en silencio.

–¿Me puedes dar tu número? –fue Jin quien rompió el incómodo momento, jugando con sus dedos. El pelinegro lo miró con una ceja alzada. –Es para devolverte la ropa. –le explicó rodando los ojos, sonriendo discretamente.

–Oh.. claro. –buscó un papel en el compartimiento al frente del copiloto y anotó su número, dándoselo a Jin. –Espero vernos pronto.

Con un poco de duda Seokjin se acercó hasta él, pero luego se alejó y solo estiró su mano, siendo apretada por la del contrario.

–Nos vemos pronto. –se despidieron.

Jin salió del auto y fue hasta la puerta del enorme edificio con más de diez pisos. Se adentró y saludó a la recepcionista cerca de la entrada.

Cuando estuvo dentro del ascensor soltó un suspiro y su estómago se contrajo. Sabía lo que venía cuando llegara a su hogar. Tendría una larga conversación con Yoongi, para bien o para mal.

Tenía mucho miedo.




[...]






Esa mañana cuando se despertó, había algo fuera de lo común; Jin no había despertado al lado suyo, como siempre lo hacía a pesar de que cada uno tuviese su propia habitación.

Vivian juntos dos años, y su relación había empezado antes. La confianza mutua entre ambos tenía largos años siendo reforzada. Desde su infancia, incluso antes de nacer.

Y aunque hubiesen muchas diferencias entre Seokjin y él, ambos habían sabido dominar cada una de ellas. Dos polos opuestos, que encajaban muy bien.

Se levantó de la cama para salir en dirección a la cocina, con la fé de encontrar a Seokjin ahí, preparando un delicioso desayuno para ambos. Lamentablemente, no fue así, y la cocina se encontraba desolada.

–¿Dónde estás, Seokjin? –susurró para sí, sentándose en una de las mesas para poder atar cabos.

No recordaba haberlo visto después de que la fiesta se acabara, ni cuando llegó a casa. En ese entonces, había pensado que Seokjin estaba enfermo y que, preocupado por su salud, había decidido volver a casa. Cuando llegó, nadie lo estaba esperando, y apegado a su idea de que el castaño estaba mal y necesitaba descansar, no lo buscó. Ahora se arrepentía.

Unos minutos más tarde, escuchó el sonido de la puerta principal abrirse, y segundos después la cabellera castaña de Seokjin se presentó ante sus ojos.

Se levantó y lo esperó con los brazos cruzados.

–¿Qué son estas horas de llegar, Seokjin? –preguntó un poco molesto, frunciendo el entrecejo al verlo con ropa totalmente desconocida.

—Lo siento. —Seokjin hizo una reverencia, e intentó pasar hasta su habitación, pero el pelinegro se lo negó.

–No te irás hasta darme una respuesta honesta y contundente, ¿dónde pasaste la noche?

Jin bajó la mirada apenado, y empezó a jugar con sus dedos, intentando calmar toda la lava hirviente que se estaba sancochando en su interior.

—Responde, Seokjin.

Soltó un suspiro. Si Yoongi quería la verdad, esa le daría.

–Estuve en Itaewon-dong.

Los ojos de Yoongi se expandieron. —¿Qué mierda hacías en Itaewon?, ¿y por qué estás usando una ropa distinta?

–Me perdí mientras andaba por las calles de Gangman-gu.

–¿Y la ropa?

–¿Por qué debo de darte una explicación a todo? No pasé la noche en casa, no necesitas saber nada más. —gruñó, apretándose los cabellos.

–Merezco una explicación, desde ayer que no sé nada de ti.

–¿Desde ayer? ¿Ayer cuándo? ¿Después de que terminaras de presentar a toda esa gente que estabas saliendo con una chica y que pronto se iban a "casar" o cuándo te cansaste de ella, y buscaste otro entretenimiento? ¿Cuándo exactamente Yoongi?

–¿Es-escuchaste todo? –preguntó pálido, tragando en seco.

–¿Ni siquiera piensas negarlo?

–Seokjin.., no es lo que piensas, todo tiene un porqué, solo déjame explicarte.

–No deseo oír tus planes para el futuro con esa mujer, Min Yoongi. Ahórrate tus explicaciones.

Sin esperar respuesta, Jin salió botando humo de la cabeza hasta su habitación, en dónde se encerró y finalmente se dejó vencer.

﹫ ꒰ TaeJin ⨟ Mi Destino es Amarte ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora