Capítulo O6.

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Se despierta con el sonido del timbre de su celular, y bufa cuando nota que es su padre. No deseaba hablar con él en ese momento.

Miró a su lado derecho, y encontró al lindo castaño durmiendo plácidamente con restos de lágrimas en sus tiernas mejillas. Sonrió mirándolo, y jugó un rato con su cabello. Cuando notó que Jin no tenía intenciones de despertar, se levantó cuidadosamente, para poder lavar su rostro, y luego dirigirse a la cocina.

Revisó lo que había traído, y terminó de preparar el desayuno para los dos. Acomodando un rato el lugar, y alistando las pastillas que SeokJin tomaría para no enfermar.

Cuando volvió a la habitación, el castaño seguía durmiendo mientras abrazaba una almohada. Sacó su celular, y le tomó una foto rápida, antes de acercarse y despertarlo.

–Hey, SeokJinnie, ya es hora de despertar. El sol está en su máximo esplendor. —lo removió, ganándose quejas por parte del contrario. —Si no te despiertas por las buenas, lo haré de otra forma. —advirtió, y se acercó peligrosamente a su rostro, segundos después, Jin abrió los ojos confundido, y soltó un pequeño chillido al ver que casi nada los separaba.

–¿Q-qué crees que estás haciendo, pervertido? –preguntó con un sonrojo hasta sus orejas, y cubriéndose medio rostro con las mantas.

–Tenía pensado despertarte como lo hizo el príncipe con la bella durmiente, pero terminas arruinando todo. —se quejó fingidamente, tirándose a la cama. —Mi princesa no sigue las reglas del cuento. —volvió a quejarse, estirándose y colocándose en una pose dramática.

SeokJin rió por ello, y se acostó de la misma forma.

—Mi príncipe es un pervertido total, que hice para merecer esto. —remedó, ganándose un pequeño golpe en su hombro, antes de ser atacado por largas manos que buscaban hacerle cosquillas.

Se las pasaron de esa manera por largos minutos, hasta que Jin ya no tenía fuerzas para quitarse al pelinegro de encima, y terminó rendido encima de su pecho.

—Entonces, príncipe Taehyung, ¿vendrán hadas para crearme un lindo vestido y así poder desayunar con usted?. —preguntó intentando regular su respiración, escuchando los latidos del corazón del contrario.

—Nop, están de vacaciones. Pero el desayuno está servido.

Jin soltó una risa, y se levantó para adentrarse en el baño, mientras tanto, Taehyung se levantó para ir al comedor, y calentar todo.

—HyunJin, ¿qué pasó? —terminó de sacar los platos del microondas mientras sujetaba el celular entre su oreja y hombro.

—¡Ven a recoger a Yeontan! Ese demonio no deja de ladrar, y Lixxie está a nada de botarme de la casa.

Taehyung suspiró, y limpio sus manos antes de sujetar su celular.

—Solo dale su juguete y se calmará. —respondió, terminando la llamaba.

—¿Problemas? —preguntó Jin mientras entraba al comedor.

—Yeontan es un bebé muy ruidoso. —dijo sonriendo y sentándose. –Más tarde iré a recogerlo, ¿quieres venir?

SeokJin asintió, y se acomodó para desayunar junto a su nuevo amigo. Así se la pasaron esa mañana, entre risas y bromas por parte de los dos.

Ya había pasado del medio día cuando salieron a recoger a Yeontan, al otro lado de la ciudad.

HyunJin había creído que sacarlo a pasear sería una buena idea, y claro que lo fue. Todo estuvo bien, hasta que HyunJin y Félix, en un arrebato de amor, soltaron la correa del perrito, y se demostraron amor, dejando que Yeontan saliera corriendo de ahí.

—Tú harás de mi perrito si Yeontan-nie no aparece. — amenazó Taehyung al de cabellos rubios cuando llegó.

Félix y SeokJin rieron detrás de ellos.

—Se llevan muy bien, ¿no? —le preguntó SeokJin al más bajo, mientras buscaban al can.

—Sí, Hyunie y Taehyung han sido amigos desde la infancia, y sus padres son socios importantes.

—¿Socios? —Jin miró curioso al peligris. —¿Sus padres tienen empresas? ¿De qué?

Félix iba a responder, pero los gritos de Taehyung y HyunJin al encontrar al perrito los interrumpió.

—Papi nunca más te dejará en manos de este animal. —decía Tae, besando al perrito, mientras que Hwang iba detrás de él un poco indignado.

—¿Dónde estaba?

Félix llegó hasta su novio, y lo abrazó, consolándolo.

—Estaba jugando con unos niños. —le respondió Taehyung a Lee.

Después de revisar que el perrito estuviera bien, Félix los invitó a su casa para almorzar y conversar más a gusto.

—Por mí está bien. —dijo Jin, caminando al lado de Tae. —La verdad es que necesito despejarme un poco.

Taehyung lo miró un poco triste. Jin aún no le contaba la razón del por qué lo encontró en tan lamentable situación. Pero él tampoco se atrevió a exigir una respuesta. El castaño se veía tan afectado por ello, que quizás lo último que quisiera fuera recordar eso.

Suspiró internamente, y se prometió no sacar ese tema hasta que SeokJin mismo lo hiciera. De todos modos, él no tenía prisa por saber la razón. Solo daría lo mejor de él para que Jin sonriera y dejara en el olvido por un momento sus problemas.

Sí, eso iba a hacer. A partir de ahora, solo compartiría buenos momentos con Jin, pero también estaría para él en los malos.

Porque eso hace la gente que se quiere.

Espera, ¿la gente que se quiere? Quiso golpearse contra una pared. Por supuesto que él y Jin todavía no llegaban a eso. En realidad, no pasaban de ser buenos amigos que se hablan de vez en cuando, y salen. Y sorprendentemente, estaba conforme con ello.

No quería tampoco apegarse a alguien que recién conocía, y ni decir de la forma en que lo hizo. Sujetándolo antes de que se desplomara contra el suelo. Se rió. Es verdad, ellos se conocieron de una manera poco común. No como los amigos normales hacían.

Pero estaba bien. Incluso en ese momento ayudó al castaño. Y ahora se preguntaba si la razón de aquella vez para que estuviera en esa situación, era la misma que la de ahora.

Quizás discutió con su familia. Él siempre lo hacía desde que cumplió la mayoría de edad, y sus padres quisieron que se hiciera cargo de la empresa familiar. Obviamente, él se negó. No le interesaba para nada los negocios ni nada de ello.

A decir verdad, ahora mismo ganaba dinero de las pinturas que hacía y vendía. Y ganaba bien. Después de todo, tener contactos ayudaba. Muchas de sus obras fueron vendidas por miles de dólares. Y estaba conforme con ello. Además, otro gran ingreso era el bar que sus abuelos dejaron a su nombre.

Pero eso no era importante.

Levantó su vista para mirar a SeokJin; él iba de lo más feliz hablando con Félix y HyunJin mientras se dirigían a la casa de la pareja. Al final se decidió que almorzarían mientras veían algunas películas de Disney, y el de labios rechonchos aceptó más que gustoso.

Por el momento estaba bien. Sonrió complacido y se acercó a ellos para unirse a su conversación

﹫ ꒰ TaeJin ⨟ Mi Destino es Amarte ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora