Capítulo 2

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Laila

Al aterrizar y recoger mi maleta, salgo en busca de alguien. Mis padres y Lucas no iban a estar seguros dejándome sola, vagar por ahí en busca de un lugar donde quedarme. Entre los cuatro barajamos entre tres opciones diferentes.

En Barcelona viven mis abuelos maternos. Era una opción bastante buena, salvo porque no sé hablar Catalán. Descarté la opción desde que mi hermano, que tiene un nivel intermedio, comenzó a reírse de mi tras hacerme preguntas que, aunque entendí, no pude responder.

Ir a Sevilla también era una idea maravillosa, me encanta Andalucía. Cada una de sus provincias me parecen perfectas, aunque destaco Sevilla y Málaga. En Sevilla vive la hermana de mi madre. La idea era muy buena, pero la acabé descartando porque los padres de Alan, mi ex novio, son de ahí, y en cuanto me vieran le avisarían que me vieron por ahí, y es exactamente lo que no quiero conseguir.

Por esa misma razón, me fui al destino más lejano de Madrid donde tengo familia.

—¡Laila!—Escucho que grita un chico. Su voz me hace sonreír.—¿Eres tú?

—¿Quién voy a ser si no?—Me río y lo abrazo con muchísimo cariño.—Hola Diego.

Diego es mi primo hermano por parte de madre. Cuando sus padres se fueron de viaje de negocios hace unos siete años atrás, vivió una temporada con nosotros en casa. Luego de irse se mudó a Francia un año, y después estableció su vida aquí.

—Dame, te ayudo.—Se ofrece.—Vamos al coche.

Caminamos hasta el coche. Guardo la maleta en el maletero del coche y me siento en el asiento del copiloto. Saco el teléfono y escribo a mi hermano y a mis padres que ya llegué.

—¿Me dirás por qué tomaste la decisión de irte a vivir conmigo tan lejos? No eres de irte así Laila.—Y tiene razón, nunca he sido de irme de casa sin mis padres o Lucas, y menos para evadirme de la realidad.

—Nada importante.—Miento, pero él sabe que lo hago.—Ya te contaré, no voy a deprimirte nada más llegar.

—Está bien mocosa.—Pone algo de música y cantamos durante un rato. Al llegar aparca.

Vive en una casa bonita. No es una casa enorme, pero es lo suficiente espaciosa para no molestarnos el uno al otro.

—Gracias por dejarme venir.

—Tú me dejaste cuando mis padres se fueron.

—Te dejaron mis padres.

—Y yo lo recompenso acogiéndote en mi humilde y bonita casa.—Me hace reír, y él también se ríe.—Vamos, ve a instalarte. Así aprovechas y te das una ducha, que hueles a podrido.—Dice divertido. Sé que lo dice porque ya es tarde y se va a poner a preparar la cena.

—Idiota.—Digo riendo, y subimos.

Al colocar mis cosas en el armario, escritorio y mesita de noche, voy al baño para darme una ducha y descargar las malas energías que traigo desde Madrid.

Luego de aproximadamente quince minutos, salgo del baño, vestida con una camiseta larga que le robé a Lucas, y unos pantalones cortos que me llegan aproximadamente por mitad de muslo. Voy a la habitación  y me siento en la cama. Al encender la pantalla del móvil veo varios mensajes de mis padres y Lucas, pero también de Alan.

📱Sabes que te extraño...

📱Venga, quédate esta noche en mi casa y hablemos, me gustas tú, no tus amigas

Todo mentiras, como siempre. No sé diferenciar si me miente o no, pero tras haber descubierto que todo era una farsa, no voy a quedarme a descubrir si esto también lo es. Decido bloquearlo, como hice con todas las que eran mis amigas, y saco un libro de mi mochila, el cuál comienzo a leer.

—¡Laila, la cena!—Grita Diego. Ya había pasado una hora desde que me habia puesto a leer. Como se nota que el tiempo pasa rápido cuando haces algo que te gusta hacer. Pongo el marcapáginas para no perder por donde voy, y camino hasta el comedor. Me siento a cenar, viendo que preparó patatas fritas con jamón, queso y salsa.

—Qué rico, patatas.

—Como vuelvas a llamarlas patatas, te arrancó los ojos.—Dice sin mirarme. Sonrío divertida y sigo comiendo con tranquilidad. Ya sé cómo molestarlo a partir de ahora.—Papas.—Me aclara, aún sin mirarme. Asiento con diversión y ceno, sin hablar pero con muchas ganas de reírme.

Me despido de él para ir a dormir. Pongo una serie en la tele y con ganas de que amanezca para recorrer la zona.

Es mi primera noche fuera de casa durante esta aventura. Extraño a mi familia, extraño todo de ellos, sé que todo irá bien, sé que ellos estarán tranquilos sabiendo que estaré con Diego. Sé que ellos están preocupados, pero también sé que me dejarán sanar por mi misma.

Anécdotas de un amor contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora