1: ¡Buenos días, princesa!

79 5 11
                                    

HANNAH

- Buenos días, princesa.- Escucho la voz de mi madre susurrándome al oído. Quiero tocarla. Me pego más a ella hasta abrazarla y le pido que me deje cinco minutos más.- Hannah, ¡Hannah! ¿Cómo que cinco minutitos más? Tenemos clase.

Abro los ojos. Me topo con unos preciosos ojos azules. En ese momento me doy cuenta de que no es mi madre. Es Anne.

- Lo siento... ya sabes, pensaba que eras ella.- Anne sabe perfectamente que ese "ella" se refiere a Katharina, mi madre, así que se acerca a abrazarme.- Ella me despertaba todos los días diciéndome eso, ¡buenos días, princesa!- Digo en un susurro, imitando el tono con el que mi madre me despertaba-. Luego me quejaba de que era muy temprano- suelto una risita levantándome- y al final conseguía darme una razón para que me levantara de la cama y la ayudara con el desayuno...

- Perdóname, si lo llego a saber jamás te habría despertado de esa manera. Al menos tú recuerdas como te despertaba tu madre, yo ni siquiera sé su nombre.- Noto que ahora es Anne la que empieza a ponerse triste así que le animo:

- ¡Te prometo que cuando nos vayamos de aquí te ayudaré a buscarla!- Le beso la frente y comienzo a quitarme el pijama para vestirme.- Además... no hay tiempo de ponerse triste.- Acabo de ponerme la camiseta para cogerla de la mano- ¡Hoy es jueves! Mañana tenemos noche de cine y el sábado tal vez podamos ir a la ciudad, a vender algo y comprarnos lo que queramos, ¡anímate!

Mi amiga me apreta fuerte la mano:

- Claro que si, amore. ¡Pero ahora tenemos clase! A primera creo que cocina...

Seguimos charlando hasta que llegamos a clase, donde nos encontramos con el resto de residentes del orfanato. Cada una se sienta en su pupitre hasta que llega la profe:

- Buenos días, chicos. Hoy no tendremos clase. Un alumno nuevo llegará hoy a la residencia- las profes le llaman así al orfanato, "residencia", que estupidez. A ver, obviamente este lugar es genial, pero, ¿porqué la gente no puede llamar a las cosas por su nombre? Deben de pensar que si lo llaman de otra manera nos olvidaremos de donde estamos y de que somos huérfanos. Obviamente eso no va a pasar. Por mucho que no tengamos ni padres ni familia, estamos felices aquí, así que no es necesario ocultar ese hecho-. Queremos que le deis la mejor bienvenida. Llegará en media hora. En ese tiempo debéis estar en la puerta de la entrada, no arméis mucho lío que nos conocemos.- Todos reímos y la profe se une a nosotros.- ¡Venga!- Nos presiona entre risas.

Anne y yo nos dirigimos a nuestra habitación ha hacerle un par de detalles al nuevo residente. Mientras lo hacemos cantamos a grito pelado Como si fueras a morir mañana, de Leiva. Cuando estoy a punto de terminar mi dibujo, alguien peta en la puerta.

- ¡Abro yo!- Exclama mi mejor amiga mientras va a abrir la puerta.- Hola, Gen. ¿Ha pasado algo?- Gen es como la esquina que se encuentra más lejana a las otras dos de un triángulo acutángulo. Somos un trío, pero ella no está tan unida como nosotras dos. Entra corriendo en la habitación, parece exaltada.

- Vaya, vaya... nuestra coreana favorita. ¿Qué te trae por estos lares?- Bromeo. Los padres de Gen son, bueno, más bien eran, coreanos, aunque ella nació aquí.

-¡ES UN CHICO! ¡ES UN CHICO!- Gen a veces es muy efusiva, un poco chillona y se emociona muy rápido. Mi amiga inspira e inspira para calmarse.- El residente nuevo es un chico, y está buenísimo- susurra mientras nos guiña un ojo.

De repente, Anne y yo estallamos en una fuerte carcajada, a la que se une Gen un poco más tarde.

- Mima, yo pensaba que pasaba algo más grave. ¡Que susto! Jajajajaja.- Anne le pasa un brazo por los hombros a Gen.

- Que quieres que te diga. Estoy harta de la falta de romanticismo en este maldito orfanato. Todos los tíos dan asco. Es increíble que a mis quince años el mejor chico con el que me haya liado sea Thomas.- Le responde la coreana un poco más tranquila. Gen es así, cuando quiere decir algo, lo dice claro y sin pensar en lo que puedan sentir los demás ante sus palabras. Eso está bien, pero... a veces se pasa. Es por eso que mi compañera de cuarto y yo somos más amigas que ella, pese a que es estupenda. Anne es una persona muy sensible y más de una vez le han afectado los comentarios de mi otra amiga.

- ¡OYE! Que Thomas no está tan mal.- Dice Anne mientras se pone colorada. Aunque jamás haya dicho nada, estoy segura de que está colada por Thomas desde que el chico llegó al orfanato.

- A ver, Gen, un poco de tacto. ¿No ves que la pobre Anne está super enamorada? Y si, tiene razón, Thomas no está tan mal.- Bromeo.  Mi amiga y yo nos reímos fuertemente cuando Anne se pone como un tomate.

- ¡Eso es mentira!- grita mi mejor amiga, pero no nos da tiempo a seguir con la discusión porque un colorado Thomas nos avisa de que tenemos que bajar a recibir al nuevo chico.- ¿Creéis que lo habrá escuchado?- Nos susurra Anne mientras bajamos a la entrada.

Gen le coge la mano y se burla:

- ¿No era que era mentira?

Suelto un leve risita cuando Anne intenta tirarle de los pelos y Gen sale corriendo.

Sigo andando mientras pienso en como será el nuevo residente. Mi amiga coreana dice que está buenísimo, que tampoco es algo que me importe, pero...

- Hola, Hannah. Verás... me gustaría pedirte un favor.- Interrumpe June mis pensamientos mientras se me acerca. June es el profe de mates, mi profe preferido, así que le respondo que claro, que me pida lo que quiera.- Pues... Aiden, el niño nuevo,- su nombre me impacta, ese nombre me trae tantos recuerdos... el profe se da cuenta de que estoy un poco ausente y llama mi atención- que conocerás ahora,- continúa- ha vivido una situación un poco complicada. Sabes que tú tienes las mejores notas y eres de las que más tiempo llevan aquí, además de que eres encantadora.- Me sonrojo un poco ante su cumplido, aunque sé que me está haciendo un poco la pelota para que le diga que si.- Quería pedirte si, por favor, podrías hacer de guía de Aiden durante las primeras semanas, además de ayudarle a adaptarse y con los estudios. No te pido que seas su amiga, si no te cae bien o lo que sea- eso es lo que me gusta de este profesor, que dice las cosas claras-, pero al menos fíngelo o inténtalo.

- Claro que si, profe. Sabes que por mi no hay ningún problema. Estoy segura de que nos llevaremos genial.- Él me da un suave apretón en el hombro y me sonríe.

- Es un joven un tanto complicado.- Me comenta antes de irse.

Bah, nada que no pueda aguantar, pienso.

Pero entonces lo veo.

Es guapísimo. Mima. Tiene el pelo negro, como el mío, despeinado. Y... unos ojos verdes grisaceos, que de repente hacen contacto con los míos. Nos quedamos mirándonos un buen  rato hasta que la directora del orfanato se pone a explicarle las cosas y los niños empiezan a presentarse.

 Desde luego que está bueno, como dice Gen. Aunque... no sé. Sus ojos tenían una tristeza escondida que me recuerda... a la de mi madre. Intento no llorar al acordarme de ella.

Gen se me acerca sigilosamente y me pasa un brazo por los hombros mientras me susurra al oído:

- ¿¡Tú lo has visto!? Esta buenísimo, amore. Va a caer rendido a mis pies, como todos los demás.- Me guiña el ojo y se va de nuevo a junto Anne.

Sonrío y suspiro. Que paciencia tengo que tener a veces. Suelto una risita y me acerco a recibir a... Aiden.

Que bonito nombre. Así se llamaba mi hermano.

Nos vemos detrás del arcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora