2: A cinco metros

23 5 6
                                    

AIDEN

Todo está siendo un coñazo, como era de esperar. Las putas profesoras me quieren explicar como es todo y las niñas no paran de mirarme, que incordio. Se me acercan otros niños dándome regalos, que, pese a que supongo que se han preocupado en hacerlo, en cuanto llegue a la maldita habitación que me han asignado, voy a tirar a la basura. Para poder aguantar y no gritarle a todo el mundo que se calle, pienso que sólo tengo que sobrevivir en este infierno dos años más, entonces cumpliré los dieciocho y me podré ir de este sitio que va a ser "mi nuevo hogar", como me ha explicado mi padre antes de abandonarme.

Ese hombre.

Le odio.

Yo tenía una vida perfecta, quitando la enfermedad de mi madre. Tenía amigos, aprobaba, salía de fiesta, me lo pasaba bien. Pero claro, un puto cáncer tuvo que acabar con la vida de mi madre, y mi padre decidió que ya no podía cuidar más de mi. Con dieciséis años.

Lo que pasa es que claro que puede, porque podría intentar conseguir un trabajo y no gastar todo el dinero que nos quedaba en alcohol. Incluso yo podría conseguir un trabajo, pero claro, el prefiere darme en adopción antes que pasar ningún tipo de trabajo. Le odio. Le odio. Porque ahora yo voy a tener que vivir en un orfanato mientras que él jode su vida entre drogas.

- ¿Aiden? ¿Me estás escuchando?- Entonces me doy cuenta de que Pilar, la directora del centro me estaba hablando y yo no le estaba haciendo ni caso. Levanto la vista hacia ella para asentir, y entonces me encuentro con unos... ojos violetas mirándome fijamente. Me quedo embobado mirando hacia una chica de cabello largo, negro, como el mío y ojos negros. Negros con reflejos violetas, que penetran en los míos. Es preciosa, pero entonces una chica, que parece asiática, se le acerca y aparta su vista de mi para verla a ella.- Y eso es todo, ahora podrás ir con Hannah, que te enseñará tu habitación y te hará de guía durante las primeras semanas, te presentará a los demás y te ayudará con los estudios, si lo necesitas. ¡Hannah!- termina la directora del centro.

Entonces la chica de ojos violetas se acerca a nosotros y se presenta:

- Buenos días, me llamo Hannah. Un placer conocerte, Aiden.- La forma en la que pronuncia mi nombre me hace sentir un escalofrío, pero noto como su mirada se entristece cuando lo dice.

- Hola- respondo. No me apetece hablar.

- Entonces, ¿vamos?- pregunta, aunque creo que más para Pilar que para mi.

- Si, si.- me da mi maleta y nos indica que podemos irnos.

Pese a que al fin he logrado escapar de ahí, noto como todos nos están mirando a mi y a la chica que va ha hacerme de "guía". Yo no necesito a ninguna guía. Pero bueno, esta chica tiene algo que me atrae. Sigo hundido en mis pensamientos hasta que Hannah se detiene.

- Esta será tu habitación. Por ahora es para ti sólo, pero probablemente en un futuro la tengas que compartir con otro chico.- Dice abriendo la puerta y entrando.

La verdad, aunque jamás lo admitiría en voz alta, no me esperaba un sitio así para nada. Parece un sitio salido de un arcoirís, literalmente. Y todos parecen bastante felices. No lo entiendo. La mayoría son huérfanos, o como en mi caso, sus padres no los quieren.

- ¿Te estás preguntando por qué todos parecen tan felices?

Es bonita voz aterciopelada me saca de mis pensamientos. Parece que acaba de leerme la mente.

- Bueno... no tiene sentido que esten felices.

- ¿Y por qué no? Viven en un lugar maravilloso con gente maravillosa.- Ah, ya veo. Es una de estas chicas que para ellas todo va a ser siempre perfecto. Las típicas que tienen pósters con frases motivadoras de Mr Wonderful colgadas en su habitación.

Nos vemos detrás del arcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora