4: Escuchando Artick Monkeys

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AIDEN

No ha sido tan horrible como pensaba, aunque reconozco que cuando Hannah me estaba explicando las cosas algunos momentos fueron un poco tensos. Cuando nuestras manos se tocaban. Me sentía... bien. Algo que no sentía desde hacía mucho tiempo.

- Uffff.- Grito exasperado. No entiendo nada. Estos tenían que ser los dos peores años de mi vida y la cosa ha empezado... bien.

Ahora estoy solo en mi habitación.

Las clases ya terminaron, aunque aquí no son como en el instituto. Aquí hay cosas como cocina, tareas básicas de la vida diaria, valores, conocimiento del medio...

Es raro. Pero me gusta.

Creo que he estado todo el día sin soltar una sola palabrota, todo un récord.

Durante clases no he querido pedirle ayuda a mi "guía". Pero claro, con ese don suyo que parece que te lee la mente, ha sabido cuando no me enteraba de nada y me lo ha explicado a la perfección.

Y eso es algo que odio, no me gusta que la gente me ayude, puedo valerme perfectamente por mi mismo. 

La chica esa asiática, que creo que es coreana por la forma de sus ojos, que están un poco estirados para arriba, ha estado toda la mañana ligando conmigo. Obviamente la he ignorado, que puta pesada, joder. 

En algunos de esos momentos en los que la rechazaba o simplemente la ignoraba, pude ver como Hannah se reía sutilmente. No la entiendo. Esa chica de ojos violeta es tan... peculiar. Es como si llevara una máscara que hiciera que todo el mundo la viese como una persona perfecta. Pero eso no es así.

En la comida y después de las clases estuvimos hablando bastante. Aún con la máscara puesta, tengo que reconocer que es una persona increíble. ¡Y coincidimos en casi todo!

Ha sido raro, sobretodo por que notaba las miradas que le lanzaba... Gen, creo que se llamaba.

Y su habitación... mima, es preciosa. La habitación. 

Y cuando entré estaba escuchando... Artick Monkeys. Era uno de los grupos preferidos de mi madre.

Siento una impotencia enorme al acordarme de ella. ¿Por qué me abandonó? La odio por ello. Y también me odio porque ahora mismo mi vida debería ser una mierda y creo, que por primera vez incluso antes de que mi madre muriera... estoy viviendo, es decir, hasta ahora solo sobrevivía, pero hoy... me he notado vivo. Creo que incluso he sonreído, hacía demasiados meses que no lo hacía. Y claro, todo ha sido por culpa de Hannah, ¡y también un poco de Hugo! Tanto él como Thomas me han caído bien.

Me tumbo en cama y empiezo a pensar en la carta que me escribió... Hannah. La he guardado en mi caja de recuerdos especiales, no entiendo porque, pero siento que ese dibujo, con el orfanato pintado con los colores del arcoiris, significa mucho.

Con esos pensamientos me duermo. 

Pero en medio de la noche me despierto con gritos provenientes de la habitación de enfrente. Me despierto y espero un poco haber si las cosas se calman, pero cuando pasan unos minutos y nada cambia me levanto rápidamente y voy hacia allí.

Doy unos golpes en la puerta y me encuentro con unos ojos violetas mirándome fijamente en cuanto se abre la puerta.

- ¿Qué coño pasa?- Exijo saber. Estoy siendo un poco borde, pero no me hace gracia que unos putos gritos me despierten en medio de la noche.

- No te preocupes, tú vuelve a dormir. Siento que te hayas despertado.- Me sonríe y se me queda mirando mientras espera a que me vaya. Resoplo y contesto:

Nos vemos detrás del arcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora