8: Bruno

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AIDEN 

Observo a Hannah mientras duerme. Es... muy tierna. Y está preciosa. Estoy tumbado a su lado. Esta noche cuidé a Anne, la cosa no estuvo muy fea, aunque tardé en dormir porque tuve que esperar a que la muchacha se durmiera profundamente. Dormí en cama, junto a Hannah.

En ese instante suena el despertador.

- Joder...- susurra Hannah.- Cinco minutitos más.

Me río bajito, porque no debo despertar a Anne.

- Acabas de decir una palabrota- me burlo.

- No pasa nada...- dice tapándose los ojos con la manta.

- Bueno, yo me voy ya. En un rato hablamos y te cuento como me fué con Anne.

- Hoy es domingo...- echa un gracioso bostezo.

- ¿Y?- Pregunto conteniendo la risa.

- Que puedo dormir hasta tarde.

- Está bien. En un rato vuelvo a meterme en cama contigo.- Me levanto, pero Hannah me coge de la mano.

- Ven dentro de poco...- noto como sonríe.

- Claro.- Le beso la frente y me voy.

Cuando llego a mi habitación me tiro en cama y me quedo dormido al instante, la verdad es que entre que había tenido que cuidar a Anne y al lado de Hannah estaba tan nervioso que no conseguí dormir, estaba reventado.

- Buenos días.- Alguien me sube la persiana bruscamente.- Al final te has quedado dormido.- Es Hannah, que se ríe.

- Bah- sólo consigo balbucear.

- Algo que no te he dicho es que hoy por la tarde tenemos que hacer "tareas de la vida diaria". Es parte del aprendizaje que dan aquí.

Joder, pienso. Pensaba que hoy iba a tener todo el día libre. Por mucho que esté bien, mi madre murió hace poco y aún estoy superándolo. Acabo de llegar al orfanato, tengo que adaptarme.

- Que asco. ¿Qué hay que hacer?- Me quejo.

- Cascarrabias...- sonríe abiertamente-. No mucho, sólo limpiar, doblar ropa, hacer la comida... cosas básicas.

- Bueno, eso puedo hacerlo de sobra, estoy acostumbrado a cuidar de mi mismo.- Digo sin pensar.

La alegre sonrisa de la chica se vuelve repentinamente triste.

- Bueno... ya nos veremos. Anne me ha pedido perdón, pero sigue estando muy mal.- Pone cara de pena-. ¿Qué tal esta noche?

- Bastante bien, la verdad. Sobre todo la parte de dormir contigo- bromeo, pero hago que a Hannah se le enciendan las mejillas.

- Tonto.- Me da un suave puñetazo en el brazo.- Nos vemos- dice levantándose para irse.

- ¿Y mi besito de despedida?- Le suplico.

Me da un suave beso en la mejilla, que no es lo que yo pedía, pero me conformo. Entiendo que ella no es muy experta en el tema. Yo sé más o menos lo que es, porque además de Mónica había tenido otras novias, aunque ninguna me había gustado tanto como me gusta Hannah. Ahora entiendo ese puto dicho de las mariposas en el estómago, aunque más bien lo siento como si fueran fuegos artificiales. Si, exactamente eso es lo que siento cuando estoy con ella. Los fuegos artificiales me ensordecen y me dejan aturdido, pero cuando los veo... siento una felicidad extraña. Ese es el efecto que provoca Hannah en mi.

Tengo miedo... de no ser suficiente.

Creo que es la primera vez en mi vida que digo eso. Siempre he sido un egocéntrico, pero creía que entre el padre alcohólico y la madre enferma, tenía razones. Ahora me doy cuenta de que soy yo el que tiene que cambiar para los demás. Me doy cuenta de lo capullo que he sido... y me arrepiento un montón. Pese a que una persona no cambia de la noche a la mañana, me hago la promesa de convertirme en alguien mejor. Tanto para Hannah como para mi como para las personas que me rodean.

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⏰ Última actualización: Aug 12 ⏰

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