Capítulo 40

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Milk por fín había despertado.
Ahora estaba sentada en la silla del pequeño comedor del apartamento de Ciize. Su cabeza parecía un perfecto nido de aves, específicamente de palomas. Ciize había dejado una taza de café caliente en sus manos, para calentarla un poco del frío que estaba haciendo y para despertarla un poco más.

– ¡Vosbein!.– La voz de Ciize hizo dar un salto de sorpresa a la pelinegra medio dormida. Si antes estaba a mitad del camino del mundo de los despiertos, ahora con el grito de su novia ya estaba en la entrada.– Babe, tienes que apresurarte o llegaremos tarde a la despedida de Love.

– N'Ciize, yo deseo ir pero, mí cuerpo no está colaborando.– Milk se dejó caer en su asiento.

– Está es la última vez que me dejó seducir por ti si al siguiente día tenemos un evento importante temprano por la mañana.– Ciize ahora estaba secando su cabello y retiraba su toalla, quedando completamente desnuda.

– Eso es muy cruel de tu parte señorita Rutricha.– Milk miraba amenazante con ojos entrecerrados a su muy irresistible y desnuda novia. "así no se puede" fue lo que pensó al verla.– ¡Tú te lo pierdes!.– Dijo tratando de sonar firme mientras se ponía de pie y se dirigía a la ducha.

– Es por tu bien.–

Una media hora más tarde Milk salía de la ducha, ahora más despierta, fresca y reluciente.

– Aquí está de vuelta la seductora por la que ya no te dejarás seducir.– Dijo esto tirando de su toalla dejando ver su desnudes. Ciize al notarlo tapó Inmediatamente sus ojos.

– ¡Vosbein!.–

– ¿Qué? ¿Acaso se te antoja un poco de esto?.– Dijo mientras daba un leve golpe en uno de sus costados.– Pues no, esto ahora ya no te seducirá señorita Rutricha, ahora esto...– Dijo señalandose de pies a cabeza.– ... Estará entre telarañas y polillas porque ya no será utilizado como herramienta mortal de seducción.– Ahora la pelinegra se dirigía al espacio en el armario que Ciize le había dado para su ropa.

– Veamos cuánto resistes.– Ciize estaba muy confiada porque ya conocía muy bien a su novia.

Ciize sabía que en cuanto tengan tiempo a solas Milk trataría de seducirla o ella a Milk y ambas terminarían en las mismas condiciones que la noche anterior. Una muy caliente condición.
Ciize conocía demasiado bien a su novia, tanto así que aún el miedo la embargaba cuando pensaba en lo que tenía guardado. Si lo decía antes iba a ser doloroso para ambas hasta ese día pero, si se lo  decía un día antes el dolor sería menos dolor. ¿O no?
Vaya lógica de mierda.
¿Por qué era más difícil hacerlo que pensar en hacerlo?

– Babe ¿Me escuchas?.– Milk pasaba su mano enfrente de los ojos de Ciize.

– Sí.– Miraba el rostro de duda en su novia.– Bueno no ¿Podrías repetirlo?.–

– Te decía que ya llegamos al aeropuerto.–

Ciize miró a su al rededor y efectivamente estaban en el estacionamiento del aeropuerto internacional de Bangkok. Se había quedado perdida en sus pensamientos por tanto tiempo que no había notado que ya estaban en su destino.

Milk y Ciize caminaban tomadas de las manos. Muchas personas las quedaban viendo y hablaban entre ella pero, eso a la pareja no les importaba.

A lo lejos pudieron ver a su grupo de amigos reunido, acompañados de los señores Armstrong, Freen y Becky.

– ¡Hey chicos!.– Milk saludaba desde lejos.

– Panlyyyyyy.– Ford siempre estaba feliz de ver a su amiga. Corrió a abrazarla. Hasta este día Milk ya había entendido que esa era la forma que su amigo le demostraba su afecto, ya no lo apartaba.

NOSOTRAS [MilkCiize]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora