Capítulo 18

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8:00pm Día Domingo

En alguna parte de la ciudad de Bangkok


- ¡Te dije que no te pagaría ese monto Mawin! - Parecía estar haciendo un berrinche  - Es demasiado dinero - Bufó

- Lo siento pero, es un tema muy delicado. Además, lo llevaste demasiado lejos. Se supone que sólo sería algo sencillo... - El chico cruzo sus manos frente a su rostro, su mirada se puso más dura - ... Pero, no a tal punto.

- Dijiste que no cuestionarías nada acerca de lo que te pida - Se sentó en la silla frente al chico de mirada seria - Tus servicios me han ayudado. No me quejo, eres uno de los mejores en el campo.

- Lo sé pero ¿Por qué serías capaz de llegar tan lejos? -

- Jamás lo entenderías Mawin - los dedos de su mano tamborileaban la mesa. Miró de reojo al muchacho.

- Pruebame -

- ¡No lo merece! - Una risa burlona se escuchó en aquel lugar.

- ¿Sabes? Te falta más autenticidad, menos maldad y dejar la manipulación. Lo que tiene, lo tiene por meritocracia, al contrario tuyo que manejas las cosas de manera fría y calculadora.

- Sea como sea - Agitó su mano frente al chico y tomó su celular, entró a su banco virtual. Dígito el monto pedido y realizó el pago - Ya realicé el pago - Mostró al chico el comprobante de pago virtual. - El precio por tu silencio y tu buen trabajo.

- Un placer hacer negocios con usted...

- Te volveré a contactar Mawin, así que espera mí llamada - Dijo esto y salió del lugar.



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Era Lunes y en la Universidad ya se sentía aquella aura de estrés y miedo por los exámenes finales. Los alumnos iban y venían, el lugar menos ocupado durante el semestre escolar ahora era el lugar más concurrido por una gran mayoría de alumnos tratando de salvar el semestre. La biblioteca ya no era un lugar seguro para aquellos que se ocultaban en los libros y el silencio.

Ese día específicamente cierta pelinegra decidió ir al gimnasio temprano por la mañana. La razón. La razón tenía una dulce sonrisa, labios mortalmente adictivos, un relajante aroma a vainilla y manos suaves que una vez en contacto con su piel, era como si un cubo de hielo entrara en contacto con el calor.

Ahora estaba en una de las duchas tratando de quitar hasta el último rastro de sudor.
Un par de duchas más allá se encontraba Ciize, realizando la misma actividad que Milk.
El agua fría relajaba cada parte de su cuerpo, era necesario para evitar los dolores musculares que podrían generarle molestias más adelante.

Después de varios minutos, ambas chicas ya limpias, salieron.
Milk llevaba puesto un brasier deportivo de la marca Calvin Klein y llevaba una toalla al rededor de su cintura y otra en su cabello. Ciize por su lado tenía su toalla rodeando totalmente su cuerpo y otra en su cabello, sus mejillas estaban levemente ruborizadas.

Milk al verla sonrió - ¿Cómo es que esa chica tan tierna puede ser ardiente? - pensó

- No es necesario que lo digas porque se nota lo que estás pensando - dijo Ciize a la vez que iba con su ropa en mano.

- Entonces deberías evitar aparecer así frente a mí, eso es demasiado para mí débil corazón - dijo fuerte mientras vió como Ciize ingresaba a un cubículo para vestirse.

La pelinegra hizo lo mismo. Una vez vestidas ambas chicas salieron de los cubículos.

- Hoy fue un muy bueno pero, duro entrenamiento - Dijo Milk

NOSOTRAS [MilkCiize]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora