capítulo dos

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— No dejes que vean tu rostro Ashton — advirtió Aeron antes de ingresar a la taberna.
Ashton asintió y luego siguió a Aeron puertas adentro.

El lugar era bastante grande, pero aún así se encontraba repleto de personas. Podían observarse las vestimentas características de la Casa Blackwood por doquier.

Las camareras eran mujeres jóvenes y bellas, era bastante obvio que el lugar era mucho más que una simple taberna. El ambiente estaba animado, la música se oía por toda la habitación y luces tenues iluminaban el lugar. Aunque se encontraban en pleno invierno allí adentro hacía demasiado calor y el olor a vino impregnado en el aire generaba que uno se emborrachara sin siquiera tomar un sorbo de alcohol.

Aeron y Ashton se sentaron en una mesa alejada del resto. Una camarera se acercó a tomar su orden y ambos pidieron una simple cerveza.

— Bien. ¿A quién debes pagarle? — preguntó Aeron cuando la muchacha se alejó.

— Al dueño — respondió Ashton observando paranoico el panorama.

— Tranquilizate Ashton. Todo saldrá bien — dijo Aeron mientras intentaba calmarlo. — Cuando vuelva la camarera le preguntaremos dónde se encuentra su jefe, ¿bien? —.

— Me parece una buena idea — respondió Ashton y respiró profundo.

Aeron suspiró agotado, le dolía todo el cuerpo y aún no había tenido la oportunidad de dormir plácidamente. Podía sentir sus brazos arder bajo la ropa y aquello le provocaba una sensación de vulnerabilidad constante. Se sentía como la mierda, lo único que quería era terminar de una vez con aquel asunto y volver a su hogar para dormir un día entero.

Luego de unos minutos la joven regresó con dos cervezas.

— Gracias. Disculpe, ¿puedo hacerle una pregunta? — preguntó Aeron mientras la camarera terminaba de acomodar su pedido en la mesa.

— Si, claro — respondió la chica.

— ¿Tienes idea de dónde se encuentra tu jefe? Tenemos que conversar de unos asuntos con él — dijo Aeron y observó fijamente a la joven.

— Él aún no ha llegado. Suele venir de madrugada para ver cómo van las cosas y buscar a alguna chica para llevarse — respondió la camarera.

— Que pena. Lo estábamos esperando, y la verdad es que no tenemos mucho tiempo — Aeron fingió estar preocupado y luego miró a la joven de forma tierna. — ¿Cómo te llamas? Luces muy joven como para trabajar en un lugar así — dijo con el tono más coqueto que pudo utilizar.

El rostro de la chica se volvió rojo e instantáneamente empezó a jugar con sus manos nerviosa.

— Me llamo Jen, y tengo catorce años — respondió tímida.

— Que bello nombre, es la primera vez que lo escucho — dijo Aeron.

Ashton dejó escapar una carcajada, pero cuando vió como su primo lo fulminaba con la mirada se calló al instante.

— No le prestes atención a mí sirviente. Él suele ser muy estúpido — habló Aeron y le dedicó una suave sonrisa a la joven camarera. Ella se puso aún más roja de la vergüenza.

Ashton observó indignado a su primo, pero no dijo nada y simplemente tomó un sorbo de su cerveza.

— Bueno, sentimos molestarla. Gracias de todas formas — dijo Aeron.

La chica observó entristecida a Aeron y luego agregó rápidamente: — Puedo pedirle a alguna compañera que vaya a buscarlo si así lo desean. Le diré que es urgente y vendrá a verlos. Denme cinco minutos y ahora regreso —.

cuando llegue la primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora