El comisario se despertó primero, debido a la sensación de su brazo izquierdo entumecido y gracias a la luz que entraba por la ventana; estuvieron muy entretenidos como para acordarse de cerrarla. Se quedó mirando las facciones de su compañero. Bendito el momento en que le dijo que volviera a dejarse el pelo largo; si no lo hubiera hecho, no tendría esta imagen de él con el pelo revuelto.
Consideró que si seguía mirándole comenzaría a ser extraño, por lo que buscó su móvil y miró la hora; tenían que levantarse o llegarían tarde a su turno.
—Gonzalo, despierta. —Se rio cuando, en vez de abrir los ojos, se acomodó más. —Bella durmiente, vamos a llegar tarde. —Como no obtuvo respuesta, aparte de unas palabras incomprensibles, decidió dejarle dormir un poco más.
Mientras preparaba el desayuno, vio a Gonzalo pasar rápidamente hacia el baño y decir un breve "Buenos días". No le gustó la forma en la que evadió el contacto visual, sentía que habían retrocedido a cuando se evitaban mutuamente.
—Ah, no. Esto sí que no. —No pensaba cometer el mismo error, iba a solucionar esto lo antes posible. Cuando dejó de escuchar la ducha, intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada. —Gonzalo, ábreme, es urgente —ordenó con la voz más seria que pudo. Inmediatamente, la puerta se abrió.
—¿Qué pasa? ¿Ha pasado algo? —Freddy se abrió paso y cerró la puerta detrás de él, poniendo el pestillo.
—Sí, neno —recorrió con su vista el torso del oficial—. Pasa, que has vuelto a poner esa cara, que dice que vas a intentar ignorarme los próximos días.
Tenía la sensación de que la presencia de Freddy invadía toda la habitación. Al ser tan estrecha, Gonzalo se apartó lo poco que pudo.
—No, es solo que...
—¿Te arrepientes? —preguntó el comisario con duda en su voz.
—¡No! —contestó con más efusividad de lo que pretendía y se sonrojó levemente a causa de ello.
—¿Entonces?
Lo que le ocurría era que estaba repasando la dinámica que adoptaron anoche, donde no tomó el control en ningún momento y se le hacía bastante extraño, incluso se avergonzaba de ello. Nunca había tenido una relación íntima donde los roles serían tan marcados; y estaba tratando de entender el porqué le había excitado tanto.
—Nunca había tenido sexo así. —Freddy no pudo evitar sonreír ligeramente y acercarse hacia él para agarrarle por las caderas.
—Eso ya me lo imaginaba, por algo fui tan delicado. Pero no te confíes neno, fue una excepción. —El oficial boqueó sin respuesta. Los escenarios que se estaba imaginando, con la declaración de intenciones de Freddy, no eran los más castos; por ello, antes de que notara su excitación, se apartó de él, se giró para mirarse en el espejo y asegurarse de que no estaba tan sonrojado como intuía.
—No me refiero a eso. Pero da igual, está todo bien. —Freddy, confundido, le obligó a darse la vuelta y le agarró por el mentón para forzar a que lo mirara.
—Explícamelo Gonzalo, porque no te entiendo. —Este era su problema; su actitud autoritaria le encendía de formas que jamás se hubiera imaginado.
—Es esto, Freddy —puso su mano en el brazo por el que le sujetaba el mentón—, eres jodidamente dominante. —Como respuesta, la mano del comisario abandonó su mandíbula para rodear su cuello y volvió a sonreír.
—Pues no noto que te importe mucho—dijo mientras metía su rodilla entre las de Gonzalo para presionar su entrepierna, provocando que jadeara. El comisario le tomó por la cintura y le dio la vuelta. —Deja de sobrepensar tanto —besó a Gonzalo debajo de su oreja— y disfruta—indicó mirándole a través del espejo, para después soltar su toalla.
ESTÁS LEYENDO
Destino Entrelazado
RomanceTienen una relación única y una atracción mutua. Se preocupan demasiado el uno por el otro, pero ninguno quiere admitirlo en voz alta. Escapan de sus problemas cuando están juntos. Mucha gente sabe que su relación es un poco más intensa de lo habit...