Chicago

9. El tiempo juntos

Después de su primer encuentro apasionado, ambos ansiaban encontrar la manera de repetirlo innumerables veces, era algo que realmente disfrutaban y sentían que los hacía conectar aún más uno con el otro.

El tiempo que pasaban juntos era cada vez más gratificante. Harry y Louis no solo convivían con sus respectivas familias, sino que también compartían momentos especiales. Los padres de Harry invitaron a Louis a un paseo por el bosque en las afueras de la ciudad, y ocasionalmente organizaban reuniones en casa para charlar sobre cualquier tema. De vez en cuando, también visitaban a los abuelos de Harry, quienes quedaron encantados con Louis por su ternura y su atractivo considerable. Además, Louis siempre estaba dispuesto a ayudar en todo, lo que también fue muy apreciado por la familia de Harry. Con ambos padres mantenía una buena relación, sin embargo, era con Des con quién más convivía, realmente se llevaban estupendo, Louis quería bastante a su suegro y Des quería demasiado a su yerno, lo más curioso de todo, era que cumplían años el mismo día. Gemma era reservada, en general no convivía mucho ni con su propia familia, pero siempre que Louis se encontraba en su casa era muy amable y procuraba que Harry atendiese bien a Louis.

Por otro lado, en casa de los Tomlinson la situación era similar, aunque visitaban rara vez a los abuelos de Louis. Pasaban la mayor parte del tiempo en su hogar viendo películas o jugando juegos de mesa con sus hermanas, debido a que los padres de Louis no estaban frecuentemente en casa y no permitían salir a sus hijos con regularidad, aún así, Harry se ganó la confianza de ambos haciendo que los permisos de Louis aumentaran considerablemente.

Louis se sentía muy cómodo por la forma en que era recibido en casa de Harry, intentaba siempre convivir con todos a pesar de no ser una persona muy sociable, pero lo intentaba porque sabía que eso hacía sentir bien a su novio, sin embargo Harry, a pesar de ser igualmente tratado siempre de buena forma y bien recibido por todos, mantenía cierta distancia con la familia de Louis. A las únicas que les hablaba más,"considerablemente", era a sus hermanas. Cuando habían reuniones familiares, lo cual eran escasas, evitaba a toda costa mantener una conversación con quien sea, Louis lo notaba y no podía evitar sentirse triste al respecto, pero siempre lo excusaba.

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, y sin darse cuenta, estaban a pocos días de celebrar su primer año juntos. Durante todo ese tiempo, Louis nunca dejó de sorprender a Harry con detalles. Cada mes encontraba una manera nueva de hacerlo sentir amado y apreciado, transmitiéndole el profundo amor que sentía por él.

Harry, siendo menos detallista por naturaleza, ocasionalmente le obsequiaba algo a Louis. A pesar de esto, Louis siempre se emocionaba y agradecía cada gesto.

Desde que empezó a sentir atracción por chicos, Louis siempre anheló recibir el mismo tipo de atención y amor que él daba. Creyó que si demostraba amor de una manera bonita, especial y romántica, recibiría lo mismo a cambio. Sin embargo, algunas decepciones amorosas lo hicieron dudar hasta que conoció a Harry, quien no siempre respondía de la misma manera, al menos lo intentaba y cada vez que le daba un regalo o una carta, solía decirle: "Sé que no soy muy detallista, pero por ti  haré el esfuerzo".

Claro que no todo era perfecto; Louis llevaba años lidiando con su mal genio, tenía dificultades para manejar sus emociones y se irritaba con facilidad. Esto causaba problemas con Harry, quien era más relajado y prefería hacer las cosas a su propio ritmo. Louis, por su parte, quería tener el control del tiempo en todo momento y se desesperaba cuando no lo conseguía, lo que a veces llevaba a conflictos entre ellos.

A pesar de todo, solían encontrar una solución hablando y expresando sus sentimientos en el momento. Sin embargo, con el tiempo se dieron cuenta de que ambos se reservaban cosas, pensando que así todo se resolvería más fácilmente.