Capítulo 30 : Fierecilla

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Cuando Vivian y Mathew llegaron a la mansión en la motocicleta, el aire estaba impregnado de un zumbido de actividad que provenía desde el otro lado de la mansión. Vivian llevaba puesta la chaqueta de Mathew, y el aroma de éste la envolvía por completo, como un hechizo del que no quería liberarse. Al bajar de la moto, sintió las manos de Mathew rodeando su cintura, y un beso apasionado que la inundó de sensaciones. Era como si el universo conspirara para mantenerlos juntos, y ella, consciente de ello, decidió separarse, aunque el suspiro que escapó de sus labios dejaba claro que la tentación era irresistible. Mathew rio.

―¿Crees que notarán que hemos llegado juntos? ― preguntó ella con una sonrisa que enmarcaba sus labios rojos.

―Quizás lo noten, pero les daremos algo de qué hablar ―respondió con un guiño.

Ella trató de regañarlo, pero sus palabras se desvanecieron en un suspiro cuando sintió el placer de sus caricias

―Vivian, mi ratoncita, cuanto deseo que todo termine ―susurró Mathew, sus labios rozando su oído con suavidad mientras la abrazaba con ternura―. Quiero tenerte solo para mí, sin ninguna distracción de por medio.

Mathew continuo besándola por todo el cuello, sus labios delineando entre húmedas caricias la piel de vivían

―Oh... Mathew recuerda que soy una de las damas de honor de la novia ―dijo vivan sofocada

―Debo admitir que me encanta ese toque de riesgo.

―Mathew las chicas seguro me esperan y no tardaran en venir a buscarme y sabiendo cómo es Mónica...

Mathew detuvo sus besos por un momento y levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Vivian, brillantes con una mezcla de emoción y advertencia.

―Oh, Vivian, querida, ¿acaso crees que eso podría detenerme? ―su voz resonó con un tono profundo y seguro, mientras sus dedos hábiles delineaban con firmeza el contorno de su rostro―. La tentación de estar contigo es demasiado poderosa como para resistirla, incluso si eso implica un pequeño riesgo.

Vivian se mordió el labio inferior, sus labios finos en los extremos y carnosos en el centro, arqueándose mientras luchaba con la tentación que se interponía entre la emoción del momento y la sensatez. Su pecho subía y bajaba con rapidez, atrapado entre el deseo y la prudencia, mientras algunos mechones de cabello se escapaban de su peinado, cayendo desordenadamente hacia un lado, debido a la conquista de Mathew sobre su piel.

― Mathew, no podemos arriesgarnos a ser descubiertos justo antes de la boda ―susurró Vivian con un suspiro, aunque su corazón latía con fuerza ante la proximidad de él.

―¿Por qué? ―preguntó él, arqueando una de sus cejas con curiosidad mientras sus dedos trazaban círculos en la piel de Vivian, enviando escalofríos a lo largo de su espalda.

―Mónica me odiaría si consigo opacar su boda. Cuando todas se enteren sobre nuestra relación, armarán un revuelo. ―Vivian trató de explicarse, aunque la tentación de sucumbir a los deseos de Mathew la distraía.

―¿Nuestra relación? Eso me fascina aún más ―respondió él con una sonrisa de vibrante ferocidad, sus labios rozando ligeramente el lóbulo de la oreja de Vivian, enviando una oleada de calor a través de su cuerpo.

Mathew dejó escapar una risita suave y acercó sus labios a los de Vivian con un aire juguetón.

―Entonces, mi dulce dama, supongo que tendremos que ser un poco más... cautelosos ―susurró antes de besarla con ternura sobre la frente.

Vivian sintió cómo un cosquilleo de emoción le recorría la piel ante el roce sutil de los labios de Mathew. Una chispa de diversión bailaba en sus ojos mientras se apartaba con delicadeza, dejando que su sonrisa recorrida su grácil rostro.

Perfecto Engaño de Amor +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora