Pasear por las calles de una isla sin que la gente lo reconozca es un privilegio que nunca supo que le hacía falta hasta que, dos años después de morir, experimenta la vividez de un ambiente urbano sin disturbios por su presencia. Portgas D Ace le ha pillado el gustillo a ser un fantasma. Es experimentar un libro en la vida real. Especialmente teniendo a Sabo y a Luffy como hermanos.
Durante los dos años que han pasado, no ha vuelto al cielo. Se ha dedicado meramente a visitar a cada uno de sus seres queridos por turnos. Visitó a Marco, a Yamato, a Tama, a Shanks, a Deuce.... No fue para nada tiempo mal aprovechado. También observó de cerca el estilo de vida de Sabo, maravillado con el ambiente del que se rodea, aunque eso de ir encubierto no le va demasiado.
Gracias a la pausa que se ha tomado su hermano, Ace ha tenido también tiempo para acostumbrarse a su muerte y a lo que está conlleva. Ahora, no llora cada vez que ve a alguien que quiere, lo cual es un buen avance.
Las calles de Dressrosa desprenden una sensación de calidez abrumadora a la que a Ace le gustaría acostumbrarse si no fuera porque Sabo está ahí, y eso no supone nada bueno. La presencia de Sabo como parte del ejército revolucionario indica que hay algo que no está tan bien como aparenta.
Suspira, con gracia, al pensar que si su otro hermano estuviera ahí ya habría derrocado al Shichibukai.
"¿Qué estará haciendo Luffy?" Inquiere curioso, pues desde que salieron de la isla Gyojin aún no estaba con él, visitando a otras personas hasta, actualmente, estar con Sabo de nuevo. "Ojo, muéstrame a Luffy."
"De acuerdo."
Pocas veces han ocurrido cosas que sorprendan a Ace hasta el punto de dejarlo inmóvil y sin respiración. No obstante, cuando ve a un chico algo escuálido y apariencia infantil cubierto por un casco dorado y barba blanca hablando con alguien en un lugar que se ve sospechosamente parecido al último lugar en el que dejó a Sabo, se paraliza por completo.
"Muéstrame a Sabo." Vuelve a ordenar, esta vez con un nombre distinto. El ojo muestra, entonces, al rubio caminando por un pasillo de pobre iluminación. Exactamente igual al pasillo que se muestra en la proyección de Luffy. "Llévame con Luffy." Ordena en un hilo de voz. 'Se acerca el momento.' Dice la voz de su cabeza, advirtiéndole sobre el suceso que está por ocurrir.
Cierra los ojos, acostumbrado a hacerlo antes de que la luz lo envuelva y se disipe tras dejarlo en el sitio que ha pedido.
Traga saliva, expectante. Deseoso de ver la reacción de Luffy que tanto tiempo lleva esperando y algo envidioso porque él es el único que no va a poder ser escuchado durante ese momento tan importante.
Su cuerpo tiembla al ser el único que escucha los pasos que retumban en el pasillo. Cerca. Muy cerca.
Cuando se le erizan los pelos del brazo, gira su mirada hacia su hermano, tan ajeno como siempre. Sonríe ampliamente, enternecido, al verlo hacer una rabieta.
"¿Qué le pasa ahora?" Masculla, acercándose.
"Por favor, un nakama está en peligro." Insiste el monito.
"Voy a salir de aquí ahora." Dice el rubio ensangrentado con voz iracunda. "Si me sigues quizás tú también puedas salir."
"¿En serio? ¡Gracias!" Ace asiente.
"Cuando se trata de sus nakama...." Susurra, sin terminar la frase, dejándola en el aire. Después de todo, es una frase que no hace falta terminar para saber lo que implica.
"Me llevarás contigo, ¿verdad?"
"Digo que si decides seguirme, quizás puedas salir de algún modo." Aclara con la cabeza gacha. Sus ojos destilan odio. "¿O es que me estás diciendo que traicione a mi jefe?" Ace traga saliva, entendiendo el sentimiento.
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A('s) SOUL | One Piece Week 2024
Fanfiction"Una persona muere cuando es olvidada". Portgas D Ace nunca fue olvidado, así que su alma sigue ahí, visitando y velando por aquellos que siguen recordándolo.