Quinta.

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Habían pasado un par de días desde que las llevaron a la Quinta; El lugar estaba rodeado de bosques y montañas donde la naturaleza otoñal estaba a su máximo esplendor de modo que apenas era perceptible que estuviese habitado, aunado a la protección que rodeaba las hectáreas de la propiedad lo hacía bastante seguro.

A decir verdad Isabel estaba fascinada, llebaba meses pidiendole a Levi que la dejara ir con él o en visita familiar, aunque siempre recibía la misma respuesta de su hermano mayor.

«''Espera a que sean vacaciones''»

Aunque ahora después de lo ocurrido con el colegio y con el "permiso" de su tío Kenny no era para alegrarse, si deseaba ir lo más pronto posible, pero no de esa forma.

Su madre y su tía la convencían para no sentirse culpable por estar feliz, eran cosas inevitables de las cuales nadie tenía el control.

...

Después del desayuno la joven pelirroja fue a las caballerizas a ensillar su yegua y partió a cabalgar por los terrenos de la propiedad seguida de su prima y sus amigos, quienes llegaron esa mañana con el debido permiso de su hermano mayor.

—¿Qué tan lejos se habrá ido Isabel? Podría haber algún peligro...—

—Estará bien Eren, conoce mejor que nosotros este lugar.—

Respondió Mikasa a la izquierda, su prima podía ser demasiado entusiasta pero podía cuidarse sola, además confiaba en su primo Levi, él era sumamente cauteloso que no estaba dispuesto a arriesgarlos de ningún modo.

—Oigan, no se si sienten lo mismo que yo pero es como si esto me trajera viejos recuerdos...—

Puntualizó el joven de cabellos rubios andando despacio en su caballo.

—Siento lo mismo Armin, no se si es el hecho de cabalgar o estar en este bosque.—

Le contestó Mikasa.

—También yo lo noté, es por eso que me preocupa separarnos en este lugar, parece que algo nos atacará.—

Agregó el joven de ojos azul verdoso, quien cabalgaba al frente de sus amigos.

—Pero nunca hemos estado aquí o sufrido un accidente con caballos antes, incluso apenas estoy aprendiendo a cabalgar, no hay alguna razón lógica para tener estas sensaciones.—

Armin trataba de hallar alguna explicación por la cuál se estaban alertando sin motivo.

—¿De verdad lo harás, Eren?—

La joven ojiazul cambió el rumbo de la conversación ante una situación que la inquietaba más.

—Ya te lo dije, no quiero ser un inútil que no pueda protegerlos, haré todo lo posible por ser aceptado.—

—No es tu culpa que dos resultaran heridos por protegernos.—

—Aún así no quiero que mi vida dependa de otros, es decir, yo debería ser quien los proteja, tu y Armin pronto tomarán el mando de sus familias y yo no debo ser un estorbo a su lado.—

—No eres un estorbo Eren, tu siempre has estado a mi lado y eso no cambiará.—

Respondió Mikasa juntándose a la par con su caballo mirándolo dulcemente mientras se acomodaba con una mano la primer bufanda que Eren le regaló aquel día cuando se conocieron.

Eren se ruborizó apartando la mirada, se veía tan hermosa sonriéndole únicamente a él, sus mejillas sonrojadas se reflejaban más en su piel pálida con aquella tela de color rojizo rodeando su cuello.

CacciatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora