Ven conmigo.

156 14 19
                                    

«Buena suerte Hange.»

Eran las palabras de ánimo que la joven había recibido minutos antes de sus amigos y colegas de trabajo, ya era la salida tanto de Rico como de Nanaba, de igual manera Moblit debía marcharse e ir a clase a tiempo, todos se despidieron de ella dándole sus mejores deseos sobre lo que sucediera a continuación.

Movía sus dedos ansiosamente, las palabras "preocupada y nerviosa" eran cortas en ese momento, no distinguía que de todo la abrumaba, a pesar de ello esperaba que el dictamen saliera a su favor.

—Vamos, no te pongas nerviosa... no pueden dejar ir esta oportunidad de hacer algo en pro de la humanidad...—

Se decía a sí misma mientras caminaba por los solitarios pasillos en dirección de la oficina de la directiva de la Institución.

Dio una respiración profunda antes de golpear sus nudillos contra la puerta anunciando su llegada.

—Adelante.—

Relajó los músculos de sus hombros mientras giraba el pomo de la puerta e ingresaba dentro.

—Doctora Hange, la estábamos esperando, adelante tome asiento.—

Al entrar notó que parte de las máximas autoridades estaban presentes y no hablaba del cargo administrativo académico sino del Director Ejecutivo del área de investigación, entre los presentes se encontraba el gerente de primer nivel.

—Gracias.—

—No la haremos esperar, creo que ya lo ha hecho bastantes días mientras considerábamos la inversión para que comience con la fase de experimentación en nuestras instalaciones.—

Ella puso suma atención evitando exigir que se dejaran de rodeos y alguno dijera aquellas palabras que tanto esperaba.

—La experimentación está aprobada.—

Sus ojos se llenaron de ilusión sonriéndoles ampliamente.

—Por lo cual es necesario que firme estos documentos.—

...

Hange volvió a toda prisa a su oficina evitando a todos costa gritar de alegría, quería hacerlo pero no era el lugar adecuado era consciente del riesgo al que podría exponer a alguien al importunar su concentración.
Sus zapatillas se oían por los pasillos en pequeñas carreras, al entrar a su laboratorio siguió derecho a su oficina y dejó salir su emoción, brincaba alegremente sin importar que estuviese celebrando sola, con ella bastaba.

—¡¡YIUUUUJUUUUU!!—

Movía sus manos enérgicamente por el aire llena de regocijo que ya no le importaba ser escuchada, se encontraba en su espacio después de todo.

—¡Lo logre! ¡Lo han aprobado!—

«Ellos estarán orgullosos.»

Ella y Moblit Berner habían trabajado arduamente esos meses, en especial él al seguirle el paso a sus exigencias, desde luego también sus amigas deberían alegrarse cuando ella les contase la noticia, pero sobre todo le emocionaba que ya podía comenzar sus experimentos con toda libertad.

—¡Gracias gracias!—

La castaña aún no se daba cuenta que no todos habían abandonado su oficina;
Un hombre se encontraba a sus espaldas, justo al costado de la puerta por donde ella ingresó, de la emoción la joven no había notado una presencia más en la habitación.

Aquel hombre la observaba con una suave mirada, llena de dulzura al tenerla frente a él siendo ella misma en todo su esplendor, había algo en ella tan deslumbrante como encantadora que él prefirió quedarse en silencio, no quería matar ese hermoso momento de celebración de Hange, además, estaba curioso por la personalidad versátil de la castaña, esa fase no la había presenciado en el tiempo de conocerla.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 06 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CacciatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora