𝟘𝟙

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Jeon Jeongguk y Kim Taehyung eran los mejores amigos del mundo.

Se habían conocido el primer día de la escuela primaria. Un pequeño niño de apenas seis años, se secaba las lágrimas después de haberle llorado a su mamá de que no se fuera -sin éxito alguno-. Los demás niños le miraban y se apartaban de él, pues se les hacía incómodo verlo triste y llorando en silencio, preferían buscar amigos en lugar de consolar a un niño.

Sin embargo, el pequeño Taehyung se levantó de su sillita, y caminó hacia él, extendiéndole un bonito peluche de Pikachu, pequeño y esponjoso. Jeongguk dejó de llorar para verlo confundido.

— Él es Pikachu. -Presento.- Es mi mejor amigo y me acompaña cuando estoy triste. Pero ya soy grande, ya no me pongo triste y no necesito que me acompañe. Puedes tenerlo. -El empujó al peluche a los brazos del menor, y sin decir más, se sentó en la silla a un lado de él.

Jeongguk se quedó confundido por un momento, pero luego escondió su carita en el peluche, y dejó que sus últimas lágrimas salieran. Estaba feliz por tener un nuevo peluche, y un nuevo amigo.

Fue desde entonces que se volvieron inseparables a lo largo de los meses. Para sorpresa de todos, Jeongguk dejó de llorar y mostró al niño hiperactivo que en realidad era, siendo reprendido algunas veces por su profesora al no poder dejar de jugar. Y por su parte, Taehyung lo acompañaba en sus travesuras.

Ellos habían descubierto que vivían a sólo unas casas de diferencia, lo que les alegró aún más, posteriormente, las mamás de ambos se pusieron de acuerdo para recogerlos solo una de ellas y que sus hijos jugarán juntos un rato en casa.

Los niños ya sabían que ellos venían en paquete. No podían elegir solo a uno para el equipo de deportes porque entonces se negaría sino iba su mejor amigo consigo, lo mismo para tareas grupales, o parejas. Ni siquiera los profesores podían hacer algo porque entonces Jeongguk mostraba esa carita de ojitos grandes y brillosos, además, siempre hacían bien sus trabajos, por lo que no había necesidad de separarlos.

Las cosas cambiaron un poco el primer día de secundaria. Jeongguk había notado a Taehyung cada vez más tímido y serio, incluso cuando solo estaban ellos dos y no sabía por qué, pero aún así se mantenían juntos en todo.

Las cosas cambiaron aún más en su segundo año de secundaria, cuando por primera vez en años, quedaron en salones diferentes. Jeongguk se había quejado demasiado, pero no había nada que pudieran hacer. Por lo que todo el año escolar, se veían para almorzar y luego ir a casa juntos, con algunas tardes de videojuegos. Sin embargo, aquello no evitó que Jeongguk hiciera nuevos amigos, en cada proyecto grupal o simplemente para convivir. Caso contrario al de Taehyung, que solo se sentaba en su lugar a estudiar, anhelando la hora del almuerzo o salida para estar con Jeongguk.

Cuando el tercer año comenzó, volvieron a estar juntos en clase, pero había un algo que no le agrado al menos, y esta era la costumbre que había adquirido Taehyung de estar solo en silencio. No quería salir a jugar fútbol, o almorzar en la cafetería con el bullicio, tampoco se acercaba a los nuevos amigos de Jeongguk, lo que incomodaba a todos al solo verlo como una estatua de piedra, sin decir nada, por lo que poco a poco, comenzaron a apartar a Taehyung.

— Hey, Jeongguk. -El menor volteo, en la puerta estaba un chico del que se había hecho amigo el año pasado, pero no habían quedado juntos de nuevo.- Iremos al arcade, ¿quieres ir?

— Ah, claro, le diré a Taehyungie-

— Agh, no. -Jeongguk abrió sus ojos, confundido, su mayor había hecho una mueca de desagrado apenas escuchó el nombre de su mejor amigo.- No lo invites, arruinara el ambiente. -El pelinegro no supo qué decir.- Bien, nos vemos en la entrada, te esperamos -Y se fue.

About Our Destiny | TK & YM omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora