About Our Destiny | TK & YM omegaverse

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El señor Jeon los miraba con los ojos entrecerrados, teniendo a su hijo y su ahora alfa frente a él en la mesa, mientras la omega terminaba de colocar arroz en cuencos pequeños para cada uno, luego se sentó al lado de su marido.

— Así que Kim. -El alfa de enderezó de inmediato al escuchar su apellido, estaba muy nervioso, y Jeongguk quería reírse, aunque en el fondo estaba igual que él.- Marcaste a mi hijo.

— S-Sí, bueno, yo...

— ¿Cómo sucedió esto? -Interrumpió.

— Entramos en celo al mismo tiempo y no pudimos contenernos. -Hablo Jeongguk antes de que Taehyung pudiera decir algo. Sabía que el alfa la cagaría al estar tan nervioso.

— ¿No pudiste contener a tu lobo, Kim? -Gruño molesto. El alfa se hizo chiquito en su lugar, sintiendo a su lobo esconder la cola y bajar las orejitas, a nada de ponerse a llorar.

— Está bien, papá, yo sé lo pedí. En realidad, Tae lleva cortejándome un tiempo, pero no sabía cómo decírselos. -La omega suspiró, y el alfa solo tomó una calada de aire para calmarse. Los esposos de miraron un segundo, y luego asintieron casi resignados.

— Supongo que no nos queda de otra más que darte la bienvenida a la familia, Tae.

— Siempre supimos que ustedes terminarían juntos. -Sonrió la madre, haciendo sonrojar a los menores.

— C-Cuidare bien de su hijo.

— No tenemos dudas de eso. -Comentó el alfa, aún algo molesto de que su pequeño ya no era un cachorrito y ahora tenía pareja.

El resto de la cena se la pasaron comentando cosas banales, hasta que finalmente fue hora de que Taehyung se fuera. Jeongguk pudo caminar un poquito, llevándolo a la puerta para despedirse.

El alfa mordió su labio.

— ¿Te puedo dar un beso? -Jeongguk enrojeció.

— N-No.

— Está bien. -Entonces Kim se acercó para abrazarlo e irse. Jeon sostuvo el impulso de agarrar a Kim del mentón y plantarle un beso, pero solo correspondió el abrazo y se despidió con la mano, viéndolo marcharse.

Jeongguk entró a su casa de nuevo, evitando las preguntas de sus padres y caminando a su habitación. El omega sintió sus instintos, pues su lobo se sentía desprotegido ahora que no estaba el alfa cerca, lo que desembocó en él preparando su primer nido, buscando protección, usando sus prendas sucias pero llenas de su propio olor.

Los minutos pasaron convirtiéndose en horas, pero Jeon no podía conciliar el sueño. Cada vez que lo intentaba recordaba una y otra vez las persecuciones de ese día, el miedo que vivió al casi ser abusado en grupo. No pudo dormir hasta que tomó la chaqueta escolar del alfa, que había dejado al estar húmeda, y se la llevó a la nariz.

Abrazándose a ella hasta que se quedó dormido.

Las cosas no mejoraron al día siguiente, si al siguiente de ese, ni en las siguientes semanas. Habían pasado dos meses y Jeon huía cada vez que miraba al alfa cerca, buscándolo, hablándole o lo que sea.

Y es que la situación se tornó peor cuando ni los neutralizadores pudieron cubrir su aroma de omega al estar recién emparejado y tener poco de su presentación. Tampoco se pudo dar el lujo de faltar, pues ya tenía muchas inasistencia, y comenzaban los exámenes.

No tuvo de otra más que asistir así a clases, dejando a todos boca abiertos cuando se dieron cuenta que Jeon no era un beta, y mucho menos un alfa como tanto alardeaba, y no solo eso, sino que ya tenía "dueño".