Capitulo 4/ La gran oportunidad

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Cómo podrías pensar al menos en acercarte a alguien que está por encima de ti, que apenas vas entrando a la universidad y ya quieres tenerlo todo con él. 

Las primeras clases son las únicas que coinciden, ya que son de tronco común, pero cada uno tiene su especialidad. Sabes que tu bello ángel estudia medicina y esa carrera le queda perfecta. 

Como dijo el estúpido pelirrojo, él venía muy frecuentemente al campo de fútbol para admirar a todos, el secreto que nadie sabe más que el director de la Universidad y tu perfecto es que de la escuela anterior que estabas eras el mariscal del equipo. 

Cambiaste de escuela simplemente porque a tus padres les ofrecieron un gran puesto en las sucursales de la ciudad y aunque no estás acostumbrado a esos aires contaminados, decides apoyarlos, aparte de la beca del 100%, no solo por jugar sino también por tus excelentes calificaciones. 

Te consideras un perfecto alfa, lo que todos los omegas desean, pero a ti no te importa eso, solo quieres que esos hermosos ojos color esmeraldas te miren, que ese exquisito aroma se pose en tu piel. 

— Si quieres puedo hablar con el entrenador para que te nos unas y puedas conseguir que por lo menos te note. — Katsuki mordió su labio y sonrió. 

— Ya te dije que no necesito tu ayuda. — acomodó su mochila y se levantó. — lo que necesito de ti es información y solo eso... 

— Buena suerte, si no quieres una ayuda extra, espero que seas lo suficientemente listo para poder aceptar que perdiste. 

Katsuki levantó su ceja y al pasar cerca de Izuku soltó un poco de su aroma, tan sutil, pero tan llamativo que de inmediato lo siguió con la mirada.

Les sonrió un poco a los chicos que estaban junto a él, se despidió y se levantó de inmediato, ese aroma, lo atraía tanto que no pudo ni siquiera opuso alguna resistencia para seguir a buscarlo.

Katsuki se dio cuenta del exquisito aroma de su destinado que lo venía siguiendo, sonrió descaradamente y lo espero en un lugar lo suficientemente apartado de todos.

Sacó rápidamente su libro y se sentó en el césped de aquel lugar. — Deberías ocultar tu asqueroso aroma... — Izuku se tapó la nariz, pues el cenizo liberó una cantidad considerable de feromonas.

— No creo que te molesten en lo absoluto, considerando que eres más que un dominante, ya me hubieras atacado si fueran de tu total desagrado. Los omegas como tú tienen un temperamento fuerte...

— ¿Tu nombre? —Izuku se quitó la mano de la nariz y se sentó encima de Katsuki.

— Bakugo Katsuki... — el alfa no perdió el tiempo y puso las manos en la pequeña cintura del sigma.

 — No soy un omega...— Se acercó a su oído y susurro — debes de tener mucho cuidado Kacchan, jugar conmigo es como jugar con fuego, ¿estás dispuesto a morir quemado?

Izuku se levantó de las piernas de Katsuki, lo miró de nuevo a los ojos, su entrada comenzaba a sentirse húmeda, y eso solo pasaba en sus celos, no por oler las feromonas de un alfa, o sentir sus gruesas manos encima de su ropa, la manera perfecta como se amoldaba su cadera a sus manos.

— Si muriera en tus manos no me importaría, saltaría a las llamas sin pensarlo... — el sigma vio el libro que dejó a lado el cenizo y sonrió.

— No soy la persona que piensas, no me doblegaré por mi instinto, ni siquiera sé lo que es... — Izuku acababa de confirmar sus sospechas, él sentía lo mismo, era inevitable esa conexión.

El alfa sonrió. — Sabes soy una persona de retos, no soy alguien que solo se deja guiar por comentarios, incluso detrás de un comportamiento hay una razón, me encantaría descubrir quién en verdad eres.

Quien mas que yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora