CAPÍTULO II 🐺 CHARLA💠

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Es de mediodía el líder del gremio Fénix va al frente y el resto rodea al semidios, y este lleva a su esposa en su espalda.

- No es necesario que hagan esto. - ruge.

- No seas un grosero con ellos, tienen que cumplir con el contrato que firme con ellos y si no fuera por ellos estaría muerto, desde que dejamos el reino de Narzule nos han atacado bestia tras bestia. - frunce el ceño.

- Ya me tienes a tu lado y nadie se metería con un semidios. Libera a esos humanos del contrato y te puedo llevar a donde quieras. - levanta la voz.

- Señor Ruka. - el caballero se detiene y voltea.

- ¿ Qué pasa?

- Pueden seguir, en un momento los alcanzamos y no se proecupe por nosotros.

- Lo que ordene. - hace una señal y todos van con él.

Mukouda al ver que se encuentran lejos de ambos, suspira de alivio y estira los brazos.

- Fenrir.

- ¿ Qué quieres? - levanto la voz.

- No me hables de ese modo, si lo haces no te cocinare nada de nada.

- Lo siento.- baja las orejas y Mukouda se baja, y se pone la frente se cruza de brazos.

- Para ser un semidios eres un animal prepotente y no toma en cuenta los sentimientos de los demás.

- ¿ Qué hice y dije de malo?

- El faltaste el respeto y el orgullo del líder del gremio Fénix, y eso incluye wl resto de su equipo. Ellos tienen capacidades y habilidades que los hacen únicos, pero el simple hecho que son humanos no son inmortales como un semidios o dios.

- Pero. - Mukouda frunce el ceño.

- No he terminado de hablar, si quieres que te cocine y no te falte ninguna comida no quiere que le faltes el respeto  a nadie del gremio y acaptes las órdenes del capitán y de su gente. Me oíste saco de pulgas.

- Lo haré pero no me digas así ya que tengo un nombre.

- Eso espero y sino nada de comida de mi parte.

- Te doy la palabra de un semidios. - levanta la pata derecha y Mukouda la agarra con la mano derecha.

- Eso espero y nada de trucos Fenrir.

- Ya te di mi palabra.

- Hay que alcanzar al grupo.

- Sube de nuevo a mi espalda.

- Gracias.

- No quiero que mi esposa se canse y no pueda cocinar a su bestia.

- No me digas así.

- ¿ Y entonces?

- Solo por mi nombre.

- Lo que órdenes.

- Puedes bajarte por favor.

- Claro. - Mukouda se sube y Fenrir suspira, se inclina un poco hacia atrás y en un abrir y cerrar de ojos llega al grupo.

El resto del grupo no se mueve y una barrera obstruye los picotazos de una gran avez parecido a un pajaro dodo. La ave mide 6 metros, cuenta con dos patas grandes y musculosas de color amarillo, tres garras negras en cada pata y el plumaje de los tonos del arcoiris.

- Bajate.

- Claro.

Fenrir da un gran salto y cae detrás de la gran ave.

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