CAPÍTULO VI 🐺NUEVOS MIEMBROS 💠

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Mukouda se encuentra al frente del mostrador, y una joven de cabello gris plateado al verlo deja de hacer sus cosas  y ve hacia el mostrador.

- Buenos días.

- Buenos días señorita Luna.- le entrega su tarjeta.

- ¿ En qué le puedo ayudar señor Tsuyoshi?

- Vengo a vender unos productos.

- Puede enseñarme lo que quiere vender.

- Claro. - se inclina y deja un gran saco de tele gris en el mostrador, para luego quitar la cuerda.

La empleada mira los productos a simple vista ya que todos están en frasco de vidrio y se sorprende al instante.

- Le sucede algo. - guarda las frascos enseguida.

- No se mueva de aquí.

- Ok. - la empleada sale del ahí sin dar explicación alguna.

Mukouda después de un rato la ve sale de una puerta y se acerca al mostrador.

- Puede tomar su mercancía señor Tsuyoshi, venga conmigo por favor. - Mukouda solo asiste y va detrás se la joven empleada.

La empleada cierra la puerta y se despide de ambos.

En la habitación está Mukouda al frente esta el líder del gremio, un hombre de baja estatura, pazon, rostro redondo y  de mejillas regordetas, cabello corto, risado de color naranja, piel pálida y de ojos grandes color azul zafiro.
El resto de la mercancía está en la mesa y este destapa cada frasco para inspeccionar con ayuda de un lupa para ver más de cerca.

Mukouda no dice nada y solo observa lo que hace el líder.

Unos breves minutos el líder Zuyasha termina de revisar y se cruza de brazos.

- ¿ Todo esta bien líder Zuyasha?

- Esta mercancía que quiere vender de donde la consiguió.

- Es un secreto y lo único que puedo decir es que la conseguí en mis viajes, ¿ Porqué la pregunta.

- Estos productos son de alta cálida y entiendo que no quiere revelar sus secretos ya que todos los del gremio se guardan sus secretos para sí mismo ya que no quiere que otros le roben parte del mercado.

- Entonces no esta molesto conmigo.

- Para nada, sus productos valen mucho por su excelente cálida y los únicos que pueden comprar esto son los reyes o de la nobleza.

- Me siento muy aliviado al escuchar todo esto.

- Le daré  100 monedas de oro por todo.

- Es que.

- Veo que no quiere venderlo por tan poco ya que sus viajes han sido duros.

- No es eso.

- No hable más y le ofrezco 200 monedas, ya no puedo darle más.

- Me parece una buena idea.- ambos estrechan las manos para finalizar el trato.

- Pero no olvide que tiene que pagar el impuesto al reino y al gremio.

- ¿ Cuándo va hacer?

- Serán 30 monedas al reino y 20 monedas al gremio.

- Me parece bien el trato.

- Espere en la sala, en lo que la señorita Luna y yo terminemos con el papeleo.

- Puedo regresar más tarde ya que tengo un poco de prisa.

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