Capitulo 2

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Atenas Ivanov

Luego de ese fogoso y caliente beso, me deja con la respiración agitada, con ganas de más, él me toma de la mano sacándonos de entremedio de la ola de gente que hay en la pista, el entrelaza sus dedos con los míos, joder yo me dejo llevar, siento un pequeño toque seguido de una corriente que me recorre por todo el cuerpo, estoy toda excitada, mojada, caliente, borracha, muy borracha, él también se encuentra igual que yo, no me importa nada en estos momentos, solo quiero que este hombre grande y semental me folle como si no hubiera un mañana.

Un hombre así no se consigue todos los días y hoy es mi noche de suerte.

El no hace preguntas, yo tampoco...los dos sabemos lo que queremos y lo que va a pasar esta noche.

Al parecer el siente mi mirada llena de deseo sobre él, porque se detiene abruptamente, nos encontramos cerca de la entrada del club, el me escanea de arriba hacia abajo mientras se muerde su labio inferior, su mirada es penétrate, profunda cargada de lujuria, de hambre, la tensión sexual crece cada vez más entre los dos, yo comienzo a ponerme ansiosa.

Cuando pienso que no va pasar nada, me pega a él tomando me con brusquedad de las mejillas con una sola mano, impacta sus labios contra los míos, se me escapa un gemido que el escucha a la perfección, debido a que siento su erección haciendo presión contra mi vientre, se despega sin dejar de mirarme a los ojos, ambos tenemos la respiración descontrolada, pega su frente con la mía, siento su respiración caliente sobre mi nariz y labios, me voy a morir joder, joder, yo mantengo mis manos en forma de puños aferrados a su camiseta blanca de botones que por cierto tiene los primeros tres botones abiertos, dejando me ver su pecho musculoso, deliciosamente marcado haciendo que caiga más en la tentación, me gustaría pasar mi lengua por esa área.

- Quiero follarte duro... Quiero lamer hasta el último centímetro de tu dulce coño – dice con voz ronca

El pasa su dedo pulgar por mi labio inferior solo es un toque suave, pero excitante a la vez, me remuevo inquita por lo majada que se encuentran mis bragas, en ningún momento aparto la mirada de sus hechizadores ojos, sonrió con algo de travesura.

- Que esperas para follarme grandote... ¿Una maldita invitación...? – susurro con tono retador.

¡Mierda las cosas que me hace decir el alcohol!

Él me sonríe con arrogancia, sostiene mi mano con posesividad, me arrastra con el hacia afuera del club, donde ya lo esperaba el chico del valet parking con su auto, llegamos hacia su precioso BMW del año de color blanco, el chico le tiras las llaves a mi pecaminoso dios griego, este luego me abre la puerta del auto, me subo sin pensarlo dos veces, el cierra la puerta, rodea el auto, entonces enciende el auto, nos dirigimos a no sé dónde, en el auto solo se escuchan nuestras respiraciones.

Mantengo mi mirada fija en sus manos que están sobre el volante, tiene unas manos bastante varoniles, tenía algunas venas marcadas, son gruesas con las cual quiero que toque cada parte de mi cuerpo, quiero sus manos sobre mis grandes y redondos pechos o apretando mis nalgas, de tan solo pensarlo ya siento mis pezones duros, tanto así que siento el molesto rose contra mi sostén. Siento que el auto se detiene, por estar fantaseando no note que ya llegamos, eso fue muy rápido, miro por el cristal del auto, me sorprendo al ver en el hotel en el que nos encontramos, es uno de los mejores hoteles de nuestra ciudad, lo visitan solamente gente rica con poder, es un hotel siete estrellas, de repente mi puerta es abierta, mi grandote me tiende su mano y la tomo, me bajo del auto, cual el luego la cierra.

Caminamos hacia adentro del hotel, por lo poco concurrido que esta el hotel en estos momentos debe ser muy tarde, llegamos al elevador, el presiona el botón para subir, yo mantengo la mirada en las puertas del elevador que son de un dorado brillante, el en ningún momento suelta mi mano cuando se sitúa detrás de mí, su otra mano se aferra a mi cintura.

Una gordita llena de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora