Capítulo n°21

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Bueno, esto era diferente.

Sintiéndome algo aturdido, me paré en la puerta de la cocina a la mañana siguiente y solo miré a mi falso esposo. Ni una sola vez en todo el tiempo que había vivido aquí había bajado las escaleras para encontrarlo preparando el desayuno para nosotros. Hubo ocasiones en las que nos "cruzábamos" en la cocina y comíamos tostadas, cereales o pasteles daneses al mismo tiempo, pero ninguno de los dos había preparado comida para el otro por la mañana.

Hasta ahora.

No me estaba quejando. El olor era delicioso y tenía hambre, pero sí, me hizo sentir un poco sospechoso. Tal vez eso solo significaba que era un poco cínico.

Supuse que pronto lo descubriría.

Como si me sintiera, Cellbit miró por encima del hombro.

-Buenos días.

-Buenos días.

Inclinó su barbilla hacia la isla.

-Sientate. -Invitó y luego volvió a colocar la comida.

Crucé hacia la isla y me deslicé en un taburete. Había una taza de café humeante esperándome, junto con cubiertos. Era extraño. Y muy poco característico de Cellbit.

Dejó dos platos en la isla que estaban cubiertos con huevos, tocino, salchichas, tostadas y papas para el desayuno. Arqueé las cejas. Se estaba esforzando.

-Gracias. -Dije, recogiendo mis cubiertos. Se sentó en el taburete frente a mí.

-¿Dormiste bien?

-Lo hice, gracias. ¿Tú?

Se encogió de hombros y empezó a comer su comida. Yo hice lo mismo y, vaya sorpresa, estaba deliciosa. Una cosa que había aprendido sobre Cellbit era que sabía cocinar. Tenía habilidad en muchas cosas; me hacía sentir un poco incompetente. Habría podido disfrutar más de la comida si no fuera por esa persistente sensación en mi estómago de que esta aparente buena acción no sería gratuita.

A la mitad de mi comida, le pregunté.

-Está bien, ¿Qué es lo que quieres de mí? Preferiría saberlo ahora.

Levantó su taza.

-¿Debo tener un motivo oculto si te preparo el desayuno?

-Generalmente no haces las cosas por pura bondad. -Señalé. -No me malinterpretes, aprecio que hayas cocinado, sin importar cuál sea tu motivación. Pero preferiría saber ahora qué es lo que estás buscando.

-Lo único que quiero es que termines tu desayuno. -Tomó un sorbo de su café y luego volvió a su comida.

Aunque seguía inquieto, decidí centrar mi atención en la comida. No importaba lo que dijera Cellbit, tenía la certeza de que esto no era simplemente un gesto amable o cortés. Quizás lo había hecho para suavizar mi actitud. Era posible que estuviera preocupado de que todavía estuviera demasiado molesto como para quedarme, y pensaba que ser "amable" haría menos probable que me fuera. Las motivaciones de Cellbit a veces solo tenían sentido para él.

Sintiendo su mirada sobre mí, levanté la vista para encontrarme con sus ojos que me estudiaban por encima del borde de su taza. Fruncí el ceño y me tragué lo último de mis huevos.

-¿Qué?

-Deberías invitar a tu familia a cenar acá una noche.

Él... ¿Quería que la gente viniera a su casa?

Esto era nuevo.

-¿Por qué?

-Porque los extrañás. -Dejó su taza. -Solías visitarlos con frecuencia y ahora apenas los ves. ¿Por qué es eso?

Only you. - GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora