Capitulo 129

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——————— Unas horas antes.

Miles caminaba por las calles de Brooklyn hace apenas unos minutos que se había ido del metro donde pintó con su tío. La mayoría de calles estaban vacías lo cual tenía sentido dada la hora que era.

Su cuerpo se sentía tenso, aún le dolía el recordar la sensación de electrocutarse. Se seguía preguntando el cómo aún seguía con vida pero su respuesta más obvia era por las habilidades arácnidas que poseía.

Miro su mano, la misma mano que había brillado en una energía naranja. Debía de comentarle a Peter lo que había pasado, claro mañana. Por ahora debía de enfocarse en entrar a la academia sin que lo vieran y dormirse.

Una vez llego a las puertas de su escuela se percato que estas estaban cerradas.

— ¿Es una broma?

Miro hacia los lados tratando de encontrar una entrada, rodeo por completo el edificio buscando otra sin éxito. Miro los dormitorios en específico su habitación, recordó que su roomie dormía con la ventana abierta.

Se acercó a la pared.

— Pet dijo que relajara las manos, si, tú puedes Miles. Relaja tus manos.

Y comenzó a trepar, torpemente pero lo hizo.

Luego de resbalarse, pegar su rostro a la pared, temblar y un ligero problema con una parvada de aves logró llegar a su habitación en silencio. Caminó por el techo y se dejó caer frente a la puerta de su cuarto.

— Fiu...

Un sonido se escuchó detrás de él, miró observando como su roomie se estaba levantando de la cama. Tragó saliva.

— ¡Eso es! — exclamó su roomie — ¡Esa línea de código debe ser el problema!

El chico encendió su computadora y comenzó a trabajar. Morales miró el reloj viendo que eran las tres de la mañana, rio un poco. Los memes sobre los programadores levantándose a altas horas de la noche eran ciertas.

Se sintió aliviado al ver que no lo había visto en el techo o entrar por la ventana. Se subió a su cama, se arropo en sus sábanas y comenzó a dormir.

Su roomie permaneció despierto tecleando como loco por muchas horas, tomaba descansos, leía cómics, miraba su teléfono y volvía al trabajo. Mientras que Miles, él estaba moviéndose de lado a lado parecía tener un mal sueño o simplemente dormía como loco.

Lo más extraño era que en ocasiones desaparecía y aparecía por arte de magia y en otras ocasiones su cuerpo desprendía pequeños rayos.

Algo de locos.

La noche se fue y con ello el sol apareció en el horizonte. La alarma sonó despertando a Miles quien la apagó, su roomie no había dormido, se había quedado toda la madrugada trabajando en su computadora.

El chico se estiro y bajó de la litera para ponerse sus pantalones.

— "Esto es raro... ¿se encogieron?" — pensó — ¿Llegue a la pubertad?

Su comentario fue oído por su compañero quien dejó de teclear. Hubo un silencio incómodo, continuó tecleando y Miles suspiró avergonzando, terminó de ponerse su uniforme.

"Llegue a la pubertad... ya la había tenido. ¿Porque dije eso?"

Tomó su mochila y salió de la habitación para dirigirse a su clase. Se acomodó sus tenis de camino, sentía sus pantalones muy apretados por alguna razón.

Sentía una sensación rara recorriendo su cuerpo, como electricidad. Toda cosa que fuera alimentada por energía de alguna forma le deslumbraba la vista, le dolían los ojos de solo verla.

Héroes Unidos | Choque De MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora