Izuku Midoriya, Marinette Dupang Cheng y Adrien Agrest despiertan en un lugar que no conocen: Nueva York. Dónde vivirán numerosas aventuras en compañía del Héroe Arácnido favorito de todos: Spider-Man, mientras buscan una manera de regresar a sus ho...
Queens, 5:04AM Era una hermosa mañana en la ciudad de Nueva York y en el barrio de Queens.
Era.
El clima jugo una mala racha y desató una tormenta eléctrica sobre la ciudad. Un relámpago cayo en la calle e iluminó los apartamentos donde vivían nuestros jovenes héroes en Queens.
Izuku se despertó debido a eso.
— Ah... maldita tormenta... — dijo entre quejas y susurros.
El chico vio la hora en su telefono viendo que marcaban las 5:04 de la mañana. Posteriormente desbloqueo su celular y se fue directamente a la galería de fotos.
Había múltiples fotos de el y su maestro entrenado pero también había fotos con sus amigos y familia.
Y especialmente había fotos donde se veía feliz con cierta persona.
Izuku sonrió débilmente al ver una foto donde aquella persona lo sorprendía por su cumpleaños, eran amigos pero no esperaba ese gesto de parte de Uraraka.
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— ¿Y esa es? — pregunto Peter el cual estaba de cabeza observando las fotos a escondidas.
— ¡AGHHH! — grito asustado el peli verde, rápidamente apago su teléfono — ¡¿no sabes de privacidad?!
— Perdón, perdón...
El chico bajo del techo y camino hasta su mesa donde se encontraba su teléfono. Iba a consultar a su mentor Tony Stark sobre cierto tema.
———————— En las habitaciones de al lado
Una mancha rosa acompañada de una negra observaban la lluvia con tranquilidad pero igual con algo de molestia debido a los relámpagos.
— ¡Estupida tormenta! — exclamo Tikki, le molestaba que el clima se pusiera así.
— Ni que lo digas.. — Hablo Plagg quien comía de su queso.
Su compañera lo miro mal.
— ¿¡son las 5 de la mañana y estas comiendo ya!? — le dijo sorprendida.
— ¡Oye disfruto mi vida! Hay que aprovechar cada momento.
— Bueno tienes razón... — contesto Tikki quien volvió a observar la tormenta.
A sus espaldas estaba su portadora peli azul, la cual dormía plácidamente como un tronco.
— No mama... yo no robe el gnomo... — decía dormida mientras movía sus manos de forma extraña — fue papa...
La ventana de la habitación de Peter e Izuku fue abierta.
