Cap. 3- Día 17 (Parte 2) - Corazón de Coraje

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Nuestra poca confianza se vino abajo en el preciso momento en que descubrimos la verdad, pero no nuestro rifles. Ni siquiera tuve que dar la orden, para que los miles de combatientes de mi sector disparasen sin tregua ni cuartel hacia las formaciones orkas. 

El muro de metal contendría nuestros disparos, pero no los cuerpos de aquellos que se atrevían a salir de las coberturas. Cien metros solo nos separaban de la terrible marea verde, pero esos cien metros eran suficiente para que cualquier novato pudiese acertar un disparo certero. Y no podía agradecer más al regimiento de defenza de nuestra derecha, cuyas Sentinels nos brindaba en ocaciones una oportuna brecha en las formaciones enemigas. 

Solo teníamos que resistir. Miré a mi izquierda, y pude ver los haces de luz a casi un kilómetro de distancia, y supe que aún manteníamos la posición. Aún bajo la implacable lluvia y los relámpagos. A mi derecha, los regimientos de reservas disparaban con todo lo que tenían, y podía ver la difusa curva que su superior potencia de fuego dejaba en las formación piel verde. 

A nuestras espaldas, podía escuchar con satisfacción el retumbar de la artillería de Krieg, principal motivo por el cual aún nuestro sector era capaz de mantenerse firme, cuando las enromes explosiones habrían las brechas perfectas que necesitábamos para contratacar. Recuerdo incluso que en varias ocaciones, dichas salvas calleron justo sobre el muro de escudos, punto perfecto para que nuestras tropas pudiesen limpiar el campo de orkos antes de que estas volviera a cerrarse. Una cordinación por parte de nuestros enemigos que me tenía aterrado. 

— Comisario. Los orkos están siendo mantenidos a raya. Comentó Mason, tras treinta minutos de disparos inunterrumpidos.

— Muy bien. Manténganse firmes a toda costa. Si este sector cae será cuestión de tiempo para que el mundo sucumbe. No retrocederá bajo ningún concepto. —

Mis palabras fueron crueles, pero no menos cierta. Nuestra línea defensiva era todo lo que teníamos. Detrás de nosotros habían dos kilómetros de planicies hasta las posiciones donde se emplazaba la artillería de Krieg, pero realmente desconocía el estado de su regimiento. Tal vez tuvieron que ir a apoyar el frente derecho. Tal vez habían sido movilizados a otro sector. En cualquier caso, no podía depositar nuestra confianza en una suposición. Teníamos que mantener la posición a toda costa, y estoy seguro que cada uno de los presentes estaba tan seguro de eso como yo lo estaba.

Pasado unos minutos, la batalla llegó a un punto muerto. El muro de escudos orko mantuvo posición a cien metros de nosotros, y se limitaban a devolvernos el fuego o a lanzar cualquier tipo de explosivos. Gracias al Emperador por la covertura que esas trincheras nos proporcionaban, de lo contrario ahora no estaría aquí escribiendo esto. 

Algunos orkos intentaban abandonar el muro de escudos, pero no solían llegar muy lejos. La potencia de cien o más láser concentrados era lo suficiente para vaporizarlos al instante, lo que parecía subir la moral de nuestras tropas poco a poco, sin embargo, yo estaba bastante preocupado. 

Esto era demasiado impropio de los orkos. Nada de lo que había leído o escuchado antes había mencionado un comportamiento así. No se sentía como algo natural. Era como si, los pieles verdes frente a nosotros, estuviesen esperando algo. Como si su objetivo era entretenernos de algún modo... Y solo el Emperador sabe lo frustrante que me sentí cuando descubrí que mis preocupaciones se hicieron realidad. 

Warhammer 40k Fanficción - Hero Imperatus (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora