Cap. 7 - Día 21 - Desconciertos Alentadores

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Han sido día extremadamente complicados, y han pasado tantas cosas que no se qué comenzar a narrar primero. Pienso que lo más importante sería la mejor opción, pero no quiere olvidarme de ningún detalle. 

Los días que estuvo dentro del crucero Sable no fueron nada agradables. Apenas encontré el descanso, pues tenía que hacer un senso completo de todas las unidades de las reservas y de la milicia que ingresaron a bordo. Tener que preguntar más de medio millón de nombres era agotador, pero por suerte me asignaron un cervocráneo para poder llevar a cabo tal tarea. Y gracias al Emperador que Crosta y Murphy estaban presentes para ayudarme con la tarea, pues en total éramos alrededor del millón y medio de soldados, sin contar las unidades de la Guardia de Krieg. Los cuales eran unos doscientos mil, según me dijo el teniente Luther. 

Sin embargo, cuando llegamos al mundo colmena de Scintilla, no perdimos el tiempo, y el coronel Tairon y yo tuvimos que presentarnos ante el mismísimo "Emperador Bendito y Luminous Vex Cáliz." Máximo mandatario de la Eclesiarquía en el Sector Calixis. Un tipo que no pensé ver ni en mis peores pesadillas. 

A diferencia de la simpleza de Cantus, la colmena Tarsin gozaba de un abrumador arte gótico que no veía desde mis día en Terra. Todo era tan... omnisciente, que me sentía pequeño en esos interminables pasillos de la cede del Asdministratum, insignificante. Éramos simples ratas en un sinfín de estatuas que parecían juzgarnos con sus penetrantes miradas. Perece que el tiempo me ha vuelto más susceptible, o mi estado emocional, porque no recuerdo esa sensación cuando era más joven. O tal vez, antes me enorgullecía más de eso. Y por supuesto, la oficina del propio Vex Cálix era abrumadora. 

Yo me quedaba mirando cuantas cosa llamara mi atención. Eran obras tan complejas y con tantos detalles, que no era capaz de asimilar toda la información que trataba de brindarme. Aunque seguro su mensaje sería algo demasiado sencillo para su complejidad. Pero entonces. un servidor anunció nuestra llegada, y supe que mi curiosidad debería ser aplacada por una marcialidad impecable. Las manos me sudaban como pocas veces antes. 

— No pierdan mi tiempo. Necesito que me digan que ocurrió en Cantus. —

La voz del Emperador Bendito no mostró piedad ni interés

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La voz del Emperador Bendito no mostró piedad ni interés. Y no me sorprende, pues para él seguro no éramos más que insectos que pudiese aplastar con sus caros zapatos de terciopelo. Sin embargo, yo me mantuve callado, y dejé que el coronel Tairon hiciera todo. 

—Las fuerzas orkos que enfrentamos en Cantus eran muy diferente a cualquier otra que halla visto en mis años de servicio. Sus tácticas, la forma en que penetraron nuestra defensa no era el estilo propio de los orkos. A mi lado se encuentra el comisario Harrus. El vio de primera mano a esta horda, y combatió con ellos cara a cara. —

Warhammer 40k Fanficción - Hero Imperatus (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora