—Lo he conseguido—, dijo Wonwoo al teléfono. Jihoon le hizo un gesto con el pulgar hacia arriba.
—Es el mejor de la clase—, gritó, acercándose al teléfono de Wonwoo. Algunos estudiantes que pasaban por allí les lanzaron miradas curiosas, y las mejillas de Wonwoo se calentaron.
—Claro que sí—, exclamó Mingyu. —No he dudado de ti ni un segundo. Tengo una última reunión, pero debe ser a las cinco. Nos vemos en casa. Y saluda a Jihoon de mi parte.
El campus todavía palpitaba de vida antes de que se vaciara durante las vacaciones de verano. Wonwoo quería disfrutar del ambiente unas horas más, pero también quería estar con Mingyu lo antes posible.
—¿Puedo ir a un café con Jihoon mientras tanto?—, preguntó. —Está aquí mismo, frente al campus.
—Claro. ¿Está Seungcheol contigo?
Mingyu siempre se preocupaba demasiado. Pero después de la única vez que un paparazzi había acechado a Wonwoo en el campus, a éste no le importaba que Seungcheol le siguiera a todas partes, incluso a algunas clases.
—Sí. Está justo detrás de mí.
—Podría ir a buscarte a la cafetería.
—Eso sería maravilloso.
—Bien. Estaré allí a las cinco y cuarto.
—De acuerdo.— Podía sentir que Jihoon le observaba. —Te quiero.
—Yo también te quiero, cariño. Y eres increíble. Primer semestre terminado. Esta noche lo celebraremos.
Caminaron en silencio durante un momento, y Wonwoo guardó el teléfono en su bolso. Había sido una de las primeras personas en Dalton City con un teléfono móvil de mano. Le parecía una extravagancia innecesaria, pero a Mingyu le había entusiasmado la tecnología. Había invertido en la empresa que fabricaba este modelo en particular y, al parecer, el negocio estaba creciendo de forma excepcional. Así que el voluminoso y pesado aparato ocupaba espacio en el bolso de Wonwoo cada día. Wonwoo tenía que admitir que le gustaba la posibilidad de hablar con Mingyu en cualquier momento.
—Siempre le pides permiso a tu marido para cualquier cosa que hagas, ¿no?— dijo Jihoon con una sonrisa burlona en su bonita cara.
Wonwoo sonrió. Jihoon no lo entendía, pero nunca criticaba ni ridiculizaba a Wonwoo, así que éste se sentía seguro siendo sincero en su respuesta.
—Sí que lo entiendo.
—Tiene mucho control sobre ti. ¿No te molesta?
—No, no me molesta. Nunca hace nada que me moleste. Me cuida y me permite hacer todo lo que me hace feliz. Le quiero.
—Eres la pesadilla de cualquier activista, Wonwoo.
Las palabras de Jihoon no contenían verdadera malicia, y Wonwoo se rió. Jihoon participaba activamente en el movimiento por los derechos de los omegas, acudiendo a reuniones y manifestaciones y escribiendo artículos en los periódicos. Wonwoo estaba de acuerdo con la mayoría de las opiniones de Jihoon, aunque la parte de la libertad sexual le incomodaba enormemente. Sabía que en este país los omegas tenían varias parejas sexuales sin casarse, y cada vez se consideraba menos problemático. Wonwoo no podía imaginarse tocando a otro hombre que no fuera su marido. La idea le hizo estremecerse.
—A Mingyu le gusta saber lo que hago cuando estamos separados porque me echa de menos, no porque quiera controlarme. Sabe cómo he crecido. Ahora tengo más libertad de la que me sirve.
—Hm.— Jihoon sonó escéptico.
—Tengo suerte, Jihoon. Sé muy bien que soy la excepción y no la regla.
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treasure | mw
Fanfiction"Me robaste el corazón; tuve que robarte entero". adapt omegaverse age gap