El Inicio

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Me había despertado con un dolor abrumador, tanto así que mis ojos los sentía muy pesados. No tenía conocimiento de dónde me encontraba, solo entraba una pequeña gota de luz a la habitación, seguía examinándola cuando pude ver cómo la silueta de un hombre se manifestaba. Sin poder moverme, tuve que ceder a su tacto para que pudiera levantarme. Después sacó un trapo que, a simple vista, se notaba que contenía algo. Estaba demasiado débil, cerré los ojos por un momento y olvidé despertarme.

Al abrir mis ojos, me encontraba en una habitación muy iluminada, en una cama muy suave; era confortable estar allí. Aunque no tardó alguien en entrar, era un hombre alto y un tanto bien vestido. Cuándo logró visualizarme, parecía quererme decir algo y fue cuando habló.

⎯ Me alegro de que estés viva, conejita. ⎯ Esa voz tan gruesa hizo que me congelara.

Cuando me volteé estaba aquel hombre que me había llevado. Mi instinto me dijo que huyera, pero no lo hice. De cierta manera, él me transmitía paz. Lo siguiente que hice fue atrevido, aunque necesario.

⎯ ¿Quién eres?, ¿Dónde estoy? —Sentí cómo su mirada se intensificaba y se iba acercando hacia mí.

-No creo que quieras obtener esas respuestas, solo consideré que te ayudé. -Dijo eso y se marchó, ya no quedaba nadie allí conmigo. Fue cuando caí que estaba presa, sin saber a dónde ir o qué hacer.

Ya había pasado medio día, me habían traído comida unas personas, al parecer sus empleados, ya que llevaban una vestimenta de mayordomos. Cuando intenté comer, llegó él y me dijo sin mirarme:

- Termina de comer, que luego deberás darte un baño y ponerte esta ropa, quiero que conozcas a alguien. Al momento tuve la premonición de que algo malo iba a pasar. No quise dejarme llevar por esto y le hice caso, estaba mejor sin problemas.  

DONDE TODO CAEWhere stories live. Discover now