Alucinaciones

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Y ahí se encontraba en mi cama la persona que hizo una masacre, me ayudó y no me dejaba escapar. Mirándolo allí tan vulnerable, me hizo olvidar que lo odiaba, que no debía confiar en él y que todas sus palabras no servían ante mí.

¿De dónde había sacado este odio?, Pues de sobre pensar en lo que había pasado, de pensar que, si él no hubiera hecho tal acontecimiento, yo estaría feliz con mi familia...

Decidí dormir arrecostada en la cama mientras todo mi cuerpo quedaba en el suelo. No dure ni dos segundos con los ojos cerrados que caí en un sueño profundo.

Al abrir los ojos, me encontré en una cabaña. Lo supuse por cómo se veía su interior, había cuadros y, en el fin, pude identificar una cama. Al acercarme lo que estaba viendo, me horrorizó. En esta yacían unas personas muertas, con unas estacas en los ojos y el cuerpo totalmente inmovilizado.

Asustada, en shock, permanecía mirando aquella escena. Lo primero en lo que pensé fue en correr, huir de allí, salir y no volver. Me giré hacia la puerta y vi a un hombre alto, con muy buen cuerpo, pero este no estaba aquí para ser amigos. En su mano llevaba un hacha que estaba acercándose cada vez más a mi cuerpo, hasta que me entró una oleada de aire.

Abrí los ojos de bolada. ¿Cómo es posible que estuviera durmiendo cuando se sintió tan real? ¿Lo que había visto era una alucinación de mi cabeza?

-Auch. —Me queje del dolor de mi cabeza.

 - ¡Ayuda, ayuda, por favor!, ¿Hay alguien aquí? - Grite desesperada, intentando pararme de la cama de la cual me confirmo que me habían movido, y Ever ni siquiera está en la habitación.

—Estoy aquí, estoy aquí, Beatrix.-En la puerta estaba Ever con un aspecto horrible y se notaba que había estado preocupado.

- ¿Estás bien? Dime, por favor, has estado dormida demasiado tiempo y no hacías nada más que mover los ojos.

-Yo..yo., yo estoy bien, Ever gracias, solo era una pesadilla. -No quería más preguntas, ni siquiera yo sabía qué me había ocurrido como para contarle a alguien más y menos a él.

-Oh, bueno, si quiere puedes irte a dar un baño, y yo te hago el desayuno. —¿Qué le pasaba a la bestia que de pronto se mostraba muy cariñoso? ¿Será que se acuerda de lo que pasó en la noche?

Sin más remedio, intenté ir a bañarme, pero un pequeñito problema me lo impidió. Mis piernas no me estaban cooperando; cada vez que intentaba levantarme, caía rendida en el piso. Y no me quedó más que llamar a mi querido asesino.

-EVERR, puedes venir por favor. -En unos minutos sentí sus pisadas aún más cerca y me hizo sonreír que viniera.

- ¿Tanto me necesitas, que me haces subir todas esas escaleras?

-Ush cállate, si no te necesitara de verdad no te hubiera llamado ¿no crees?

-Bueno ya dime lo que necesitas para seguir preparando tu desayuno.

-Veras mis piernas no me están funcionando y el baño está demasiado lejos, aparte ir arrastrándome no es una opción asi que pensé si tú, si tú me podrías llevar...

Sus ojos mostraron una pisca de luz y una sonrisa pícara entro en su rostro, me sentí rara al verlo, temí de mi vida y de lo que él podía hacerme.

-Con gusto niñita, te voy a llevar, pero con una condición.

CONTINUARA. 

DONDE TODO CAEWhere stories live. Discover now