¿Estas bien?

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Estar en aquella mesa era lo suficiente incómodo como para querer escapar. El padre Bestia así le puso, porque era igual a su hijo; este no hacía más que observar mis movimientos, otra vez esa sensación de cárcel, de ser presa, encerrada, sin escape. Hasta que uno de los dos empezó a hablar.

-Y pues bueno, padre, ella es Beatrix, mi futura esposa. -¿Había escuchado bien?, Se sabía mi nombre, pero lo que más me impactó fue el hecho de ''mi futura esposa'', cuando habíamos tomado esa decisión tan estúpida.

-Felicitaciones, hijo, toda la espera valió la pena, es muy hermosa y seguro que es muy buena persona. Dijo el padre Bestia mientras tomaba de su copa vino.

-Muchas gracias, señor. - Fue lo único que pronuncié, pero el padre no parecía muy satisfecho.

-Desde cuándo a la familia se le habla de esa manera a mí, dime, Padre Jorge. —Me decía esto de una manera muy singular y con una sonrisa de oreja a oreja que me dio escalofríos.

-Hhmmm padre, me parece que esto es demasiado mejor, hablan después, mi princesa debe estar muy cansada. -Primera cosa y última que le agradezco por hacer a esa bestia, no le quise dar mucha importancia a ese apodo, pero sí que me gustó.

Me tomó de la mano y me llevó a una habitación muy diferente a la que me asignaron. Sí, la otra era grande, esta era mucho más grande y espaciosa, los colores eran oscuros, pero elegantes, entonces caí que era su habitación.

Había un cuadro un tanto raro, pero muy llamativo. Tenía unas alas de dragón con cuerpo de humano, eso sí, muy iluminado, por eso me gustó.

-Gracias por lo que hiciste, me sentía un poco abrumada con tanta información. -Me parecía tierno su forma de expresarse, lo que ella no sabía es que yo sabía que estaba fingiendo.

-¿Ah y también me podrías explicar todo? Ni siquiera sé qué hago en este lugar. —le dije, esperando su respuesta.

-Siéntate, te voy a decir todo. -Tomé asiento, estaba demasiado temerosa de lo que él me podía decir.

-Lo que pasó donde te encontré fue una masacre ordenada por mí. Al verte allí, aun respirando, quise ayudarte, aún no sé por qué, pero lo hice. La razón del porqué sé tu nombre es porque pedí que me dieran toda tu información, y por cierto, mi nombre es Ever.

Escuché cómo golpeaba la pared y caminaba de un lugar al otro, estaba ansioso de que yo le contestara o quizás solo fue lo que pude deducir.  

DONDE TODO CAEWhere stories live. Discover now