Su Magia

19 2 0
                                    

 La policía empezó a chequearme. Al ver que no tenía absolutamente nada, empezaron a preguntarme;

—¿Dónde estabas?, ¿Por qué desapareciste durante horas? -Miradas demasiado fijas sobre mí, lo decían con casi desprecio.

-Solo quise ir a salir un rato, pero se me olvidó decirle a mi novio y a los demás.

- Comprendemos, a la hora de ''salir'', avísele a alguien, para que no vuelvan a ocasionar este movimiento, por favor. —Asentí en forma de aceptación.

Al parecer haber mentido, me había librado de más preguntas innecesarias. Me llevaron con mi querido novio; él había sido el causante de esta persecución anomalística.

Estaba en su coche, por lo tanto, tuve que montarme. Lo primero que noté fue su aspecto, su cara estaba totalmente pálida y uno de sus ojos con un rasguño en la parte inferior.

- ¡Oh Dios! ¿Qué te sucedió? Sé que no puedo pedir explicaciones, pero dime qué te pasó.

-No hagas preguntas que no voy a responder. -Sí, estaba molesto.

En todo el viaje hacia la casa, permanecimos callados, yo entumida en mis pensamientos y él sin siquiera mirarme. Temía de mi vida, Ever manejaba como un loco desesperado, los paisajes pasaban tan fugaces que ni los podía identificar. Ya en su casa decidió hablar:

-Necesito que hablemos, acompáñame. -Me dijo subiendo las escaleras, hasta llegar a su habitación.

- ¿Dime qué querías hablar? - Le dije mirando cómo se quitaba la camisa. No la había visto muy bien, pero qué buen abdomen.
-Eh conseguido encontrar a alguien que parece ser familia tuya.

—¿Y cómo puedes asegurarme de que no sea una mentira?—Mi pregunta le había puesto otra de sus caras de enojada, genial.

-Mira, Beatrix está en tú posición, creerme, total, lo único que has hecho desde que te ayudé es hacerme ver como el villano. —Mi vida no es fácil como para estar detrás de ti cada vez que se te antoje.

-Ever , yo lo siento, ¿sí? Me he portado mal contigo, pero entiéndeme que mandaste a hacer una masacre. Nada me garantiza que en cualquier momento no me dispares. Que descanses. —Me marche a mi habitación, estaba lo suficiente cansada como para meditar con sus palabras.

Me di una ducha de agua fría, lo del bosque todavía meditaba en mi cabeza, las teorías que tenía eran tan incongruentes como lo de ese ser. Igualmente, lo mejor era hacer como si no hubiera pasado, capaz, tome algo o simplemente las ganas de ver algo en ese bosque me hicieron alucinar.

Dormí como un bebe hasta que un golpe me despertó. Salí corriendo a ver qué era y me encontré a un Ever ebrio afuera de mi habitación, al parecer se estaba golpeando con la pared, me dio pena. ¿Por qué estaba así? Con un poco de fuerza le dije que se parara cosa que no hizo, parecía un niño pequeño. Me agaché hasta donde estaba el tirado y fue cuando Ever tomó mi cara y me dio un beso. ¡ME DIO UN BESO!

—Ven, te voy a llevar a tu habitación. —dije con la intención de que me ayudara y me gritó:

-No, no quiero ir a mi habitación.

-¿Bueno, y a mi habitación? - Mi invitación le pareció gustarle tanto que él solito se paró como pudo y entró.

DONDE TODO CAEWhere stories live. Discover now