DONDE TODO CAE

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Este tipo piensa que yo voy a estar de acuerdo con algo relacionado con él. Dios, qué ingenuo.

—Y dime, ¿cuál es esta condición?

-Pues que confiaras en todo lo que te diga después del desayuno. -Me dijo esto con una cara que mostraba lo insignificante que yo era en su vida, ¿o esto era mentira?

—Sí, sí, como tú digas, solo llévame al baño.

Y eso hizo sin protestar, y sin siquiera decirme nada. Antes de dejarme allí me dio una mirada de ¿dolor?, ¿desde cuándo me trataba bien?, ¿desde cuándo se me permitía sentir esa cercanía hacia mí?

Entre cómo pude a la tina y la llené de agua, fue una sensación inexplicable, como si mis pies se sintieran por fin libres, mi cuerpo se sentía una pluma. Me puse a pensar en qué podría ser esa cosa en la cual él quiere que confié ciegamente, como siempre.

La ropa que elegí me hizo sentir yo, preparada para la noticia que me tiene. En la cocina ya estaba mi almuerzo con Ever al lado.

—¿Me puedes decir ya de una buena vez que es en lo que quieres que confié tanto?. Le dije mientras comía una buena rebanada de cereales. 

-Como soy un tipo directo, te lo diré sin más rodeos. Mi gente ha encontrado a un posible familiar tuyo, tu progenitora. —Dijo y sin más se sentó en la gran mesa, observando mis fracciones.

Mi cuerpo y yo nos quedamos en otro choque; eran ya incontables los choques que he tenido desde que llegué aquí. Pensando en la noticia, pensé en las posibilidades de poder crear una vida normal y dejar de lado las cosas paranormales de la semana.

—¿Y-y podré ir a verle? —dije en un tono neutro, haciéndole creer que no me emocionaba.

-Beatrix, claramente podrás ir, y si quieres, no sé, ¿quedarte? O volver, es tu decisión. Ah, y algo más, si te quedas, te iré a ver, no sabes cuánto lo necesitaré.

-Bueno, sí, mientras sean solo dos días que vayas ni me enteraré, aunque estás diciendo cosas precipitadas sin saber mi respuesta, ten cuidado.

Sentí la tensión de la sala golpeando mi cara con un puno, nuestras miradas se habían encontrado, sus ojos... Fue la cosa más bella que nunca había observado. Y con solo un parpadeo de mi parte se esfumó. ¿Le dije algo malo, o /u solo fue el hecho de nuestras miradas encontradas?... El beso apareció en mi mente, sacudí mi cabeza con fuerza. ¿En qué mierda estoy pensando?, Beatrix cabeza para ya, amiga. 

*Una hora después*

Mi maleta ya estaba hecha, mi pelo lucía genial, me sentía mejor. Mis pensamientos ahora se sentían en paz, en busca de algo de luz, la cual dentro de poco tendría.

Ever ya estaba abajo en la camioneta esperándome, para emprender nuestro viaje a un pueblo alejado llamado Rowland. Las sirvientas me habían dicho que era un lugar oscuro y un poco tenebrosa, pero que las vistas eran hermosas y eso de cierta forma me reconfortó. Las maletas ya se encontraban en el auto, solo faltábamos yo y la bestia por entrar.

-Caperucita, ¿te quedarás ahí, observándome como si fuera un Dios, o entrarás?

—Si capullo voy a entrar, no te preocupes tanto que te arrugas esa cara de ¨ porcelana. —Dije esto y le golpeé el hombro, y escuché una risa detrás, era él.

—Basta ya, entra y déjate de reír de lo que digo, bipolar, de mierda.

-Como digas.

Y así emprendió mi viaje a Rowland, con un capullo y dos guardaespaldas que me dieron un poco de miedo al principio, solo cuando tenían las gafas, luego ya parecían dos tipos comunes y corrientes. En el auto me dediqué a poner ¨Suicidial¨ de YNW Melly, y sentí paz.