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PRIMERA TEMPORADA
(es la segunda temporada de stranger things)



















𝚖𝚊𝚍𝚒𝚜𝚘𝚗.

EL viento frío entraba por mi ventana, dándome en la cara mientras estaba asomada, escuchaba a las gaviotas y a los niños jugar en la calle. Echaría de menos el aroma a salitre mezclado con comida callejera en las noches frescas de Miami.

—¿Estás lista? —preguntó mi padrastro al entrar en mi habitación sin tocar la puerta—, tu madre te está esperando abajo.

—Ya voy —contesté sin mirarle a la cara—, y por cierto, no entres a mi habitación sin tocar la próxima vez.

—Madi —me llamo—, no habrá próxima vez.

Sus palabras retumbaron en mi cabeza. Mi mamá se volvió a casar hace dos años, en nada ya había tenido a sus gemelos perfectos, ahora su vida era perfecta, pero simplemente yo no encajaba en ella. Papá se mudó a Europa cuando era pequeña, dejándome aquí con mamá.

David no me caía mal, pero simplemente había veces en las que solo me provocaba apagarle un cigarrillo en la cara.

—Que gracioso —contesté con ironía.

Cerré la ventana, eché una última ojeada a mi habitación, en la que había crecido. Tras de mi cerré la puerta y bajé hasta el salón, donde estaban mis maletas.

—Ya es hora —dijo mamá en voz baja apenas verme.

—¿De verdad me tengo que ir? —pregunté incrédula—, podría quedarme en casa de Charlotte, sus padres me adoran.

—No, no, sabes que ya no —contestó mamá, se la notaba molesta y cansada—. Ya hablamos de esto, si volvías a hacer otra de tus tonterías te irías con la hermana de tu padre, todo esto es culpa tuya, solo tuya.

No me atreví a comenzar una discusión, agarré mi bolso y salí en dirección al auto entre y bajé la ventanilla. Escuchaba como mamá agradecía a la vecina de cuidar de mis hermanastros mientras ellos se ausentaban.

Durante el camino al aeropuerto mamá solo hablaba de cosas maravillosas de ese pueblo al que me iría en Indiana, Hawkins, solo había ido una vez en mi vida, no lo conocía. Papá vivió allí un tiempo, pero por algún motivo se había ido.

—Bueno, pues es aquí —mamá intentó abrazarme cuando llegamos a la parte de seguridad, a partir de allí seguiría sola, pero me aparte. No quería nada ahora, ella solo se había deshecho de mí como a un perro.

—Adiós —sin más seguí mi camino hasta la puerta de embarque donde me esperaba una azafata por ser menos de edad.

Yo soy una persona positiva y con energía, pero estos meses simplemente habían sido horribles. Había roto con mi novio, mis amigos me dieron la espalda, todo lo que nunca pensé que pasaría paso. Y ahora estoy aquí, en un avión camino hacia mi nueva vida.

El avión aterrizó, no conocía muy bien el aeropuerto a si que solo perseguía a la gente que salía de mi mismo avión. Recogí mis maletas y me fui acercando a la salida.

—!Maddison! ¡Aquí! —escuché una voz chillona, me gire y vi a un niño de cabello rizado sosteniendo un cartel.

El corazón me dio un vuelco, se me formó un nudo en la garganta y juraba que en cualquier instante me pondría a llorar.

—¡Dustin! —me acerqué corriendo y le abrace con fuerza— Como haz crecido —apunté—, poco más y me superas —él comenzó a reír para volver a abrazarme con más fuerza, le había echado de menos.

apocalypse. steve harrington +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora