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𝚖𝚊𝚍𝚒𝚜𝚘𝚗.

Los rayos del sol me daban directamente en la cara, me revolví en mi sitio y apagué mi reloj despertador. Sentí como alguien abrió la puerta.

—¡Feliz primer día! —Dustin se subió en mi cama y comenzó a saltar—, aún no me creo que vayas a ir a mi colegio, o bueno, al lado. Va a ser un buen año —continuó hablando mientras seguía saltando.

—Por Dios Dustin —me cubrí la cara con mi almohada—, ¿sabes que hora es?

—Pues claro que si, te tienes que levantar ya o llegaremos tarde —inmediatamente me quité la almohada de la cara y comprobé la hora, definitivamente me tenía que levantar ya.

—Ya voy —me quejé.

Dustin salió de mi habitación. Me metí en el baño y empecé a arreglarme, quería causar buena impresión. Dustin se fue en bicicleta a la escuela, después de una explicación de mi tía me di cuenta de que exactamente no era el mismo instituto si no que estaban juntos.

Mi tía me llevó en coche, la verdad fue algo vergonzoso porque a la mayoría no le llevaban sus padres al instituto. Los pasillos me parecían un laberinto, muchas personas me miraban, pero por lo que parecía no era la única nueva; por lo que había escuchado, un chico se acaba de mudar con su hermana pequeña desde California.

—Dios —mientras miraba mi itinerario me choqué con alguien, se me cayeron algunas cosas—, lo siento muchísimo, no estaba mirando.

—No te preocupes —me ayudó a recoger mis cosas del suelo—. ¿Eres nueva? Porque no te había visto antes —yo asentí algo nerviosa.

—Si, me acabo de mudar desde Florida —explique—. Me llamo Madison, Madi Henderson —me presente.

—Yo soy Jonathan, Jonathan Byers —se presentó también—. Oye, ¿De casualidad no serás familia de Dustin Henderson no?

—Si lo soy, es mi primo en realidad, ¿Por qué?

—Es que tu primo y mi hermano son amigos, Will Byers —yo asentí al recodar lo que me había contado mi primo sobre aquel chico.

—Es verdad —señale—. Mi primo me habló mucho de Will, sobretodo de lo que sucedió el año pasado —intenté sonar lo más respetuosa posible—, lo siento, ¿Cómo esta él?

—Va mejorando, ha sido difícil, pero va mejorando —explicó amablemente—. ¿Quieres que te acompañe a algún sitio? —preguntó—, eres nueva, no tendrás ni idea de dónde que queda nada.

—Jonathan —coloque mi mano en su hombro de manera amistosa—, creo que me acabas de salvar la vida —le sonreí.

Jonathan estuvo pegado a mí toda la mañana, me acompañó a secretaría para que me dijeran dónde quedaba mi casillero, me acompañó hasta mis primeras clases y me explicó un poco cómo funcionaban los grupos del instituto, aunque el no lo sabía muy bien porque no formaba parte de ninguno.

Todo fue bien hasta que se fue, nos tocaba en clases totalmente lejos la una de la otra y ya llegaba tarde, por lo que se fue con prisa.

—¿Eres nueva? —se me acercó una chica pelinegro junto a dos pelirrojas. Yo asentí—, me llamo Tina, mucho gusto —me dio un pequeño abrazo—. Como eres nueva, toma —me dio un pequeño cartel naranja, iba a dar una fiesta por Halloween—, además hoy, puedes sentarte con nosotras en estas clases, así no estarás sola.

—¿La fiesta será en tu casa? —le pregunté a Tina, ella asintió.

—Seguro que conocerás a gente, va a ir todo el mundo, ¿Vendrás?

apocalypse. steve harrington +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora