¿Qué debo hacer si mi padrastro me ama demasiado?

Capitulo 17

Tingyu vestía un uniforme escolar azul y blanco. Su comportamiento era tan limpio como el viento que sopla sobre el estanque de lotos en verano. Sin embargo, su postura era como la de un niño que lleva una mochila escolar al jardín de infantes. Miró a su alrededor y la sonrisa había estado en su rostro desde esta mañana.

Ella tenía curiosidad por todo lo que ocurría en el campus.

Jiang Kuo se sintió incómodo. Le rodeó la cintura con el brazo y le preguntó con tristeza: "¿Tanto te gusta?".

Tingyu apretó sus manos ásperas. Con sus ojos almendrados y una sonrisa tan dulce como una luna creciente, respondió: "Me gusta, ¡me gusta mucho! Gracias por enviarme a la escuela, Jiang Kuo".

Jiang Kuo le cepilló el largo cabello negro con sus grandes manos y su corazón se llenó de vida gracias a ella. "Mientras te guste".

Tingyu y Jiang Kuo estaban de pie frente al tablón de anuncios en el pasillo de la escuela. Detrás de ellos, los estudiantes iban y venían. Cuando todos pasaban, tenían que mirarlos. Las espaldas de la pequeña niña y el hombre alto abrazados se veían bastante hermosas. Algunas chicas bajaron la voz y suspiraron: "La relación padre-hija es realmente buena, te envidio..."

-Sí, no es como mi apestoso padre. Está tan ocupado que ni siquiera sabe cuándo empecé la escuela. ¡Es realmente molesto!

"¡Sí, sí! ¡Mi papá es igual! Hoy, solo le importaba enviar a mi hermano a la escuela y no se preocupaba por mí. ¡Es tan parcial!"

Las voces de las chicas se fueron apagando. Tingyu, a quien habían confundido con la hija de Jiang Kuo, apartó avergonzada su fuerte brazo. Señaló el reloj blanco plateado que llevaba en la muñeca, que indicaba que se estaba haciendo muy tarde. Se sonrojó y susurró: "Son las 7:20, todavía faltan cinco minutos para la clase de la mañana. Ve a trabajar rápido. ¡Te veré por la tarde!".

Después de decir eso, estaba a punto de correr hacia el edificio con su mochila escolar. Sin embargo, Jiang Kuo de repente tomó su pequeña mano y la arrastró detrás de un gran árbol cercano. Tingyu gritó de sorpresa y se golpeó el pecho con la cabeza. Cuando levantó la vista, vio que su mandíbula estaba tensa y sus ojos estaban llenos de profunda y oscura lujuria.

Tingyu se quedó en silencio por un momento.

Ella miró a su alrededor con culpa. La mayoría de los estudiantes habían ido al aula. No había nadie afuera y el lugar estaba relativamente escondido. Entonces reunió el coraje para rodear con sus brazos su fuerte cintura y tirar de sus mangas. "Jiang Kuo, d-do... ¿Quieres besarme?"

Jiang Kuo levantó la barbilla y presionó la nuca de ella con su gran mano. Las palabras reemplazaron a las acciones. Bajó la cabeza y selló sus labios con firmeza.

"Mphm..."

Todo estaba en silencio, salvo el susurro de las hojas en la brisa y el encantador sonido de sus labios entrelazados.

Ella no pudo resistir su beso feroz. Pronto, le dio una palmadita en el pecho y le suplicó piedad con el rostro enrojecido. Jiang Kuo la soltó de mala gana mientras ella

jadeaba. Su mirada sobre ella seguía siendo intensa, como una bestia gigante mirando a su presa.

La barbilla con un poco de barba se frotó contra su suave mejilla, y los delgados labios se acercaron a su oreja, inhalando profundamente la fragancia de la joven pura.

"Pica..." Tingyu se rió e inclinó la cabeza para esquivarlo.

Jiang Kuo le sostuvo la cara, le mordió el lóbulo de la oreja y dijo en un tono áspero: "Tienes que pensar en mí hoy, solo puedes pensar en mí.

El corazón de Tingyu latía más rápido por su cálido aliento. Incluso si no la miraba con sus ojos caníbales una vez más, se sentía débil por completo. Pellizcó la esquina de su ropa y asintió con un latido acelerado. "Está bien..."

Sonó el timbre. Las clases de la mañana habían comenzado y, el primer día de clases, como nueva estudiante, ¡llegó tarde!

-¡Ya no puedo hablar contigo, realmente tengo que ir al salón de clases! -Tingyu recobró el sentido presa del pánico. Se soltó de sus brazos, se dio la vuelta y corrió escaleras arriba rápidamente.

Jiang Kuo se quedó allí parado por un rato. Cuando vio la figura corriendo hacia un aula en el tercer piso del edificio, caminó hacia la puerta de la escuela.

Había más de 900 niñas en la escuela secundaria Gardenia. Las aulas para los estudiantes de tercer año se habían reorganizado y dividido en seis clases. Había más

de 300 estudiantes en estas seis clases. Tingyu fue ubicada en la segunda clase con el mayor número de estudiantes destacados.

Durante la clase de la mañana, se recogieron y distribuyeron libros. Las chicas de la clase vestían de forma más neutra y algunas chicas altas se ofrecieron a recoger los libros de la Oficina de Asuntos Académicos. Tingyu y las chicas sentadas a su lado se ofrecieron a ayudar a distribuir los libros.

Había quince libros para cada persona. Las materias incluían lengua y matemáticas, y las otras clases incluían arte del té, caligrafía, tenis, danza, etc. Tingyu distribuyó meticulosamente los libros en el escritorio de cada estudiante. Al final, sus dedos estaban cubiertos de marcas grises y negras.

-Compañera, ¿por qué no vamos a lavarnos juntas? -La chica que había repartido libros con ella la había saludado calurosamente antes. Saludó a Tingyu con las manos igualmente sucias.

Tingyu respondió con una sonrisa educada: "Está bien, gracias".

-Ven conmigo -la chica la acompañó hasta la puerta-. Nuestro edificio es antiguo. Lo renovaron este verano. Hay un baño grande compartido en dos plantas. Es un poco difícil de encontrar.

La luz de la mañana cayó y apareció un pasillo sinuoso. Las pinturas y las obras de caligrafía de fama mundial que había a ambos lados del pasillo atrajeron la atención de Tingyu.

La chica que la acompañaba miró a Tingyu, que estaba concentrado en el paisaje de la escuela, y de repente preguntó: "¿Tu nombre es Yun Tingyu?"

Tingyu se dio la vuelta sorprendida, con los ojos brillantes. "Oye, ¿cómo lo supiste?"

Ella no se había presentado todavía.

"Está escrito en la tapa de tu cuaderno. Lo vi cuando te di el libro".

De repente, Tingyu comprendió y sonrió dulcemente: "Hola, un placer conocerte. ¿Cómo te llamas?"

Los ojos que la miraban eran tan claros y limpios, no estaban manchados por ninguna impureza como la sangre, eran tan hermosos que parecía que todo su cuerpo brillaba.

La mirada de la muchacha se dirigió al oscuro chupetón que Tingyu tenía en su bello cuello, que estaba cubierto deliberadamente con un pañuelo de seda. Frunció los labios ligeramente, apretó los puños con calma, entrecerró los ojos y sonrió: "Mi apellido es Li. Mi nombre es Youzi. A ti te gusta el pomelo y a zi le gusta el morado".

"Tu nombre es muy especial". Tingyu acababa de lavarse las manos. Sacó una toalla de papel para secarle el agua de las manos. Luego extendió la mano para estrecharla y dijo con sinceridad: "Youzi, seremos amigos a partir de ahora. ¡Por favor, cuídame bien!".

La intención asesina oculta en los ojos de Li Youzi brilló, y apenas mantuvo una sonrisa decente. "Sí, no te preocupes, por supuesto que me ocuparé de ti".

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