Episodio 05

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Luego de una ida y vuelta a la Boutique, los tres salieron en formación triángulo; Dreamerella llevaba el carrito donde encima había una zapatilla de cristal como escultura; Yukiko llevaba el mapa para leerle las indicaciones; Neige sólo vigilaba para que nada le sucediera la caja de vidrio que protegía a la zapatilla.

-"... Ah, aquí dobla a la derecha."

Dijo Yukiko señalando con una de sus manos a la dirección indicada, los dos restantes hicieron caso.

El pequeño grupo se adentró a uno de los túneles que no se habían usado en un largo, largo tiempo. Habiendo polvo en el aire y telarañas por las paredes.

-"Este lugar es... ¿Por qué necesariamente tenemos que estar aquí?"

Habló para sí misma una Yukiko disgustada y temerosa al ver lo oscuro que estaba el lugar.

-"Bueno, la señora debe tener una razón como para no estar con los demás ciudadanos."

Supuso Neige en un tono pensativo.

-"Hmm... No lo sé, pero debe ser importante si hay que entregarlo directamente, ¿no?"

Intervino Dreamerella, volviendo a hablar.

-"La caja me impide ver... ¿Ya falta poco para salir, Yukiko-chan?"

Yukiko miró más adelante, viendo una pizca de luz.

-"¡Oh, ya falta poco! Pronto saldremos de aquí."

...

Al salir del túnel, pasaron a través de la maleza descuidada que creció, pareciendo ocultar la salida del túnel.

Estaban a un paso fuera del castillo literalmente, era bastante alto y grande, de paredes blancas y varios árboles alrededor.

-"Nunca estuve en un castillo antes, así que, ¿por dónde deberíamos entrar, Dreamerella-senpai?"

Preguntó nerviosa la chica del amuleto, tomando este mismo accesorio y jugando a la vez.

-"Hmm... Tampoco estuve en un castillo antes, pero si los cuentos que leía de pequeña eran ciertos, ¿no es apropiado dejarlo por la misma puerta que los sirvientes usan?"

Argumentó Dreamerella con su poco conocimiento, hasta era gracioso que sacara de ejemplo algunos cuentos infantiles, o tierno.

-"Ah, entonces esa entrada debería estar detrás del castillo... O sea, justo frente a nosotros."

Dijo al final, Neige.

-"Mhm, eso fue rápido."

Opinó Yukiko; los tres caminaron al frente hasta adentrarse, el lugar estaba despejado a excepción de unas cajas y bolsas por ambos lados.

Dos guardias de uniformes entre colores grises y azul gris cuidaban la entrada, daban una vibra fuera de lugar y ya el reloj marcaba la una de la tarde.

Los tres escolares se acercaron, Dreamerella amigablemente sonrió y les dirigió la palabra.

-"¡Buenas tardes! Nos dijeron que debíamos entregar la escultura en el castillo, nos hemos tardado un poquito pero no le ha sucedido nada."

Uno de los guardias se acercó y silenciosamente levantó la manta que cubría la caja, miró a su compañero y movió la cabeza como si confirmara algo.

El otro guardia habló, se escuchaba rasposa y pesada.

-"Ah, bien, bien, gracias por traerlo hasta acá... Nosotros ya nos encargamos."

‐"¡De acuerdo! Tengan un buen día."

La rubia dejó que tomaran el carrito y se retiró junto con sus dos amigos.

-"... ¿No sintieron algo extraño?"

Preguntó la pelirroja.

-"¿Extraño?"

Respondió Neige ingenuamente.

-"¡Sí, extraño! No puedo decir qué pero había algo raro."

Sospechó Yukiko al llevarse una mano a la barbilla y mirando a otro lado sin dejar de caminar.

-"A mí me parecieron dos guardias gentiles y que hacían su trabajo."

Comentó el pelinegro dulcemente al mirar a su kouhai.

-"Tal vez sólo sea los nerv-"

Pronunció a medias Dreamerella al dar la vuelta al castillo al ver otros dos guardias vigilando la entrada principal, llevaban dos uniformes claramente distintos a los que vieron.

Dos hombres de sombrero negro y de copa alta con una pluma roja, con una chaqueta celeste de botones con hombreras doradas y su banda alrededor del torso, un par de pantalones azules con sus zapatos y guantes blancos, sosteniendo en ambas manos derechas una alabarda de pico dorado colgando unos pompones del mismo color.

-"¡Ay no! ¡Rápido, rápido, antes de que sea tarde!"

Dijo con pánico una rubia pálida, se dió la vuelta y tomó de la mano a ambos, con toda prisa llegó a la entrada de los sirvientes.

Los tres llegaron donde habían estado antes, tanto Neige como Yukiko estaban un poco cansados por seguirle el paso.

Los supuestos guardias ya no estaban allí, habían dejado el carrito y la manta que lo cubría.

-"¡Se lo llevaron!"

Dijo la pelirroja.

-"¡Ay! ¿Qué hacemos, qué hacemos?"

Siguió Dreamerella preocupada, caminando en círculos, los nervios y el pánico no la dejaban pensar con claridad.

-"¡Cálmense, por favor! Podríamos avisarles a los guardias."

-"¡... Tienes razón, Neige-kun!"

-"¡Esperen! Si se enteran, podría tomar días y esa escultura debe entregarse hoy sí o sí."

Argumentó Yukiko, queriendo buscar otra solución.

Neige y Dreamerella se vieron entre sí, sabiendo que Yukiko tenía razón, además... Sería vergonzoso que sepan que hicieron el trabajo mal.

Neige pensó en alguna alternativa al tocar su cabello, recordando algo.

-"Dreamerella, ¿y si usas tu magia única?"

Preguntó viéndolo bastante útil en estos casos.

La zapatilla de cristal perdida : Ciudad de las cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora