Es momento de que la hija pequeña de la familia Shatty contraiga matrimonio con alguien de la misma clase social.
¿Pero que tan difícil es enamorarse de alguien que te conviene socialmente?.
"En el corazón no se manda"
Esta joven enfrenta la cruda r...
Despierto y toda la habitación está oscura, no es muy grande pero se siente más cálida y acogedora, no como la mía.
Me levanto de la cama y abro las cortinas, es de noche aún, está habitación me brinda una vista perfecta a la luna que derrama belleza en todo su esplendor.
Fases, sus fases.
Luna gibosa menguante.
Impresionante.
Aunque una parte de ella esté en total oscuridad sigue siendo hermosa, perfecta ante la vista del ser humano.
Volteo hacia la mesa de noche a lado de la cama y observo la hora en el reloj.
4:56 am.
He pasado estos últimos 3 días y 2 noches aquí en el apartamento de Luca. Aquí es donde se encierra por semanas cuando no aguanta ni su misma existencia, solo a mí me permite entrar y pasar unos días con el.
Tenemos una regla que ambos la cumplimos al pie de la letra y sin rechistar.
-Tu teléfono Ayla.
-¿Para que?.
-Bueno si quieres que tú familia te absorba poco a poco puedes irte.
Saco mi teléfono del bolso de mi saco y e lo extiendo en el aire.
-Entonces...¡Quemalo!.
El ríe mientras yo lo observó desbloquear mi teléfono y entrar a mis mensajes para buscar a mi madre entre todos los contactos.
**Ayla No llegaré a casa, estoy con Luca.
Envía el mensaje a mi madre, apaga el teléfono y después lo deja en la mesa del recibidor.
Tenemos una rutina para cada vez que necesitemos del encierro. Al levantarnos comemos algo ligero y salimos a correr, caminar y claro criticando a cada paso al mundo entero. Cocinamos juntos, comemos juntos, aveces nos quedamos dormidos en la sala viendo películas, cuando tenemos algúna fiesta vamos juntos.
Por eso piensan que somos pareja, a todos lados vamos juntos.
Mi habitación y mi casa son muy solitarias. Aquí tengo todo lo que necesito, comida, agua, aire en mis pulmones, pero lo más importante es la compañía, tengo compañía. Tengo a alguien con quién hablar, con quién reír y con quién llorar.
La luna es solitaria y aún así no deja de brillar nunca.
Solo tiene un día y por lo menos una hora para tener compañía.
Y ni siquiera ella sabe cuándo vendrá ese día, esa hora en el que por fin el sol sea su compañero.
Eclipse.
Pero.
No deja de brillar aún estando ahogada en soledad.
Es libre.
Brilla como se le venga en gana.
Yo estoy por perder esa libertad.
Estoy por dejar de brillar como se me venga en gana.
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