Maximiliano.
El avión aterriza y yo bajo de él con cuatro hombres adelante y atrás de mi, todos armados y listos para iniciar una masacre si así se requiere está noche.
El aeropuerto privado está repleto de camionetas negras con tres hombres en cada una.
-Señor Leroy, bienvenido a México.
Me da la bienvenida una de los trabajadores con una sonrisa de oreja a oreja y yo le devuelvo una igual.
Sergio una persona en la que puedo confiar, el a sido leal desde que entró a esta organización.
-Gracias Sergio.
-Esperemos que México sea de su agrado.
-Es hora de que mis raíces me den su calor.
Sonreímos y le entrego mi portafolio.
Segio me guía a una de las camiones y ordena al chófer llevarme a mi nuevo hogar.-El departamento está algo retirado de aquí pero es un buen lugar para usted y su refinado trabajo.
-Otra vez, gracias Sergio.
-A la orden patrón.
Se despide y subo la ventanilla, el chófer pone en marcha la camioneta y salimos del aeropuerto privado que está lejos de la civilización, todo a su alrededor es terreno vacío, algunos con chosas pequeñas de gente que trabaja el campo.
De gente que vigila el aeropuerto.
De que ningún curioso con uniforme se pierda por estás tierras.
Solo he venido pocas veces a México, solo cierro negocios y me voy. Mi hogar se a quedado en Italia, tuve que salir por qué los Rusos han hecho traición en mi contra y ahora mi hogar a sido bombardeado por sus hombres, mi familia salió ilesa gracias a Sergio que siempre está al cien del cañón, el protegió a mi familia.
Le encontró un buen lugar donde pueden estar tranquilos mientras yo limpio toda esta mierda.
Miro por la ventana y la civilización empiezan a corromper la vista, lo único que hago es ver la luna que ahora con la ciudad estorbando es lo único que da calma.
Cuando mi conciencia no me deja tranquilo es cuando la luna entra por la ventana de mi despacho y desaparece cualquier gota de sangre que cruce por mi mente.
Es impresionante como algo que siempre ha estado ahí parece ser único cada noche, como si nunca hubiera visto algo igual.
Pasan dos horas y el chófer me avisa que hemos llegado, entra al estacionamiento y guarda la camioneta en el fondo de este. Dos guardias abren una gran puerta y ahí es donde termina el viaje.
Bajo de la camioneta y uno de mis trabajadores me entrega mi portafolio.
-Dentro de dos días sus autos estarán aquí, en este momento los están embarcando.
-Bien, ¿Seguridad?.
-Todo el edificio está rodeado patrón.
ESTÁS LEYENDO
Luna de Octubre
RomanceEs momento de que la hija pequeña de la familia Shatty contraiga matrimonio con alguien de la misma clase social. ¿Pero que tan difícil es enamorarse de alguien que te conviene socialmente?. "En el corazón no se manda" Esta joven enfrenta la cruda r...