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Las demás clases pasaron más que lentas. Contaba los segundos para poder salir, de esa maldita prisión, que hacía llamarse "Escuela".
Y para empeorarlo, seguía pensando en Freen. Siempre peleábamos, pero nada se comparaba con este día. Sí, me decía "cumplidos", pero nunca había ido al extremo de pegarme a su cuerpo o querer besarme, ¡nunca! Y era algo nuevo. Y además, así de fácil. Me gustaba.

Me encantaba su nueva actitud y no podía mentir. Rogaba por que no cambiara y siguiera con esos acercamientos.

El timbre de la última clase me sacó de mis pensamientos. Suspiré aliviada y guardé los cuadernos en mi mochila. Todos volvieron a salir como animales haciendo que varios tiraran mis lapiceros. Les grité una tontería que solo yo entendí, y después me dispuse a recoger de nuevo todo y volver a meterlos en la mochila. —Tranquila, Becky. Todo mejorara esta noche. — Me dije a mi misma en volumen audible.

— ¿La gatita entrara en acción? — Me quedé helada al escuchar su ronca voz, y aún más al verla recargada en el umbral. ¡Dios! Por mí que me violara en ese mismo instante. No se lo negaría.

— ¿Me estas siguiendo?

— Freen Sarocha Chankimha, no sigue a las chicas, las chicas la siguen a ella.

— Como sea. — Me cargué la mochila en mi espalda y me paré justo frente a ella. — Déjame pasar.

— ¿Qué si no lo hago?

— Me veré obligada a dejarte sin hijos. — Ella soltó una carcajada.

— No creo que quieras eso. En un futuro debemos tenerlos. — ¿Qué había dicho? ¡Dios!
¡Había insinuado que tendríamos hijos!

— Sueñas, Chankimha. — Me crucé de brazos.

— Di lo de nuevo.

— ¿Qué?

— Mi apellido.

— ¿Para qué?

— Es excitante.

— ¡Me das asco! — Suspiré y traté de salir, pero lo que gané fue quedar acorralada entre la pared y el cuerpo de Freen. —Si no me dejas en paz, me veré obligada a denunciarte por acoso.

— ¿Acoso? — Asentí. — No seas estúpida, Becky. — Pasó su nariz por la mía, y después rozó nuestros labios. — Lo deseas.

— Si. — Murmuré y ella sonrió. — En la tumba. —Volví a subir mi rodilla, pero esta vez ella la detuvo y al contrario comenzó a acariciarla, hasta llegar a mi feminidad. Me tomó del pantalón pegándome más a ella. La miré a los ojos, y con la otra mano tocó mi cuello. Emití un gemido.

— Ha sido de lo más excitante — sonrió. — Está posición, dios. La he anhelado tanto.

— ¿Qué? — Mi voz comenzaba a temblar y mi pecho a agitarse, haciendo que mis pechos se pegaran a los de ella. — ¿Ya... Ya lo habías imaginado?

— Empiezas a entender, Becky. — Besó la comisura de mis labios, y desabrochó un botón de mi camisa, miro hacia abajo, viendo la vista que ahora se proporcionaba. Sonriente.

— Los sostenes negros y con encaje, me ponen muy, muy mal. — Gruñó provocando a mis piernas temblar — ¿Por qué los usas?

— Hacen resaltar mi piel. — Apenas logré responder.

— Dirás tus pechos.

— Esto es incómodo.

— ¿Por qué, gatita? — Volvió a pegarse de nuevo a mí, juntando nuestras anatomías.

¡Oh Dios mío! Era grande.

— Freen, nos odiamos. Me repugnas y supongo que yo a ti...

— Yo nunca he dicho que me repugnas, ni que te odio. ¿O sí? — Me quedé callada. ¡Era demasiado cierto!

— De cualquier manera. — Susurré y comencé a moverme tratando de escapar.

— Eso es malo, gatita... Me excitas incluso aún más — Tomó mi mano y la puso en su gran bulto. Tragué saliva y gemí. — ¿Lo sientes? — Asentí. —Tú me tienes así... — Ronroneó.

Agache la cabeza y suspiré.

— Por favor. — Rogué antes de que perdiese mi control. — Déjame ir. — Ella suspiró y poco a poco me fue soltando. —cGracias. — Dije y comencé a caminar. Me detuve el escuchar mi llamado. —¿Qué?

— ¿Irás a la inauguración de Hot? — Asentí. — Te veo ahí, te estaré esperando y lleva algo corto. —Me guiñó el ojo mientras mordía su labio inferior.

Después comenzó a caminar con una seguridad sorprendente.

Tragué saliva. Y me quedé un rato pensando, luego salí de mi shock. Habían pasado tantas cosas en un maldito día. Cosas extrañas, pero que a la vez me gustaban. Mucho.

Después de haber tomado una siesta por tarde y una larga ducha, me encontraba frente las puertas de mi gran armario, buscando que ropa me pondría. Estaba nerviosa y quería verme bien. No sabía por qué siempre me había importado un jodido bledo lo que pensaran de mí. Pero ahora que sabría que Freen estaría ahí. Tenía y sentía la necesidad de verme bien.

Entonces recordé que hacía algunas semanas, había comprado un conjunto para esta noche. Sonreí mordiendo mi labio y busqué en el armario la bolsa. Cuando apareció me vi aliviada. El reloj marcaba las 8:30. Las chicas pasarían por mí a las nueve en punto. Tenía justamente media hora para arreglarme.

Cuando ya estuve dentro del vestido y sobre los tacones negros, me senté frente al espejo y comencé a cepillar mi cabello. Me coloqué un poco de crema y lo esponjé un poco. No rizos, tampoco lacio. Ondulado, haciendo que se viera tremendamente bien. Apliqué un poco de brillo labial en mis labios y listo. No era por que fuese mi cuerpo, pero en realidad estaba hermosa. El vestido me quedaba muy apretado, pero a pesar de eso me sentía bien. Y para rematar, tenía algo extraño en mis ojos. Algo especial, y algo radiante en mi sonrisa. No podía explicar esas sensaciones que se presentaban en mi estómago. Lo único que deseaba era que llegaran las chicas y nos fuéramos a la inauguración de "Hot". Quería ver la expresión de Freen al verme. Quería verla. Y solo recordar los momentos en los que habíamos estado tan cerca, me daba un cosquilleo en el estómago. Pero, ¿Desde cuándo sentía eso? ¿Desde cuándo quería verme bien para Freen? Siempre la había aborrecido y ahora, ¿Qué pasaba? ¿Qué me pasaba a mí? Ignoré mis pensamientos y los remplacé, pensando en lo que pasaría esa noche. Algo pasaría y lo sentía. Sonreí como tonta una vez más, y luego el claxon de un carro sonó.

Era la hora.

Suspiré emocionada y bajé con una gran sonrisa y un cosquilleo impaciente.

Sexo Secreto // Freenbecky [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora