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Pov Becky.

La familia con la que mis padres iban a negociar, era muy amable y divertida. Tenían un hijo de veinte años. Jacob, era muy apuesto y divertido. ¿Para qué negarlo?

Pero a pesar de sonreír con cada chiste que decía, me sentía mal por dentro. No me gustaba estar enojada con Freen. La llamada se repetía una y otra vez en mi cabeza.

La cena había terminado y nos habíamos despedido de la familia Williams. Jacob me había dado el número de su teléfono y viceversa. Habíamos llegado a casa y realmente estaba cansada.

Me quité los zapatos dejándolos en el baño, luego me recogí el cabello en una alta coleta y me puse una linda pijama negra. Levanté las colchas y me enrollé en ellas, cayendo en un sueño profundo.

•••

— ¡Becky! ¡Becky! ¡Despierta, Becky! — Escuché como me susurraban, negué con la cabeza sin abrir los ojos. Escuché murmullos, luego comenzaron a mover la cama.

— ¡Joder! — Grité destapándome la cara, abrí mis ojos y miré incrédula. — ¿Heng? ¿Heidi? ¿Qué mierda hacen en mi habitación? — Sus rostros me miraban preocupados.

— Entramos por la ventana, pero eso no es lo importante. — Dijo Heidi.

— Entonces, ¿qué mierda lo es? — Pregunté confundida.

— Freen. — Mi corazón comenzó a latir rápidamente. — No sabemos nada de ella. No sabemos dónde diablos se metió. — Agregó Heidi.

— ¿Cómo mierda no van a saber? — Pregunté levantándome bruscamente. Caminé hasta mi armario y saque lo primero que vi, que consistía en unos Jeans y una camiseta blanca. — Se suponía que estaría con ustedes en Hot, ¿no? — Pregunté mientras entraba al baño.

— Si. — Asintió Heng. — Pero Heidi te extrañaba y Freen se notaba de malhumor y nos dijo de la pelea, entonces fuimos al restaurante donde estabas tú con tus padres y con intenciones de irte a rescatar — Heng hablaba rápido mientras tartamudeaba. — Ella dijo que te estabas divirtiendo con un cabrón, luego me gritó que arrancara el auto y así lo hice.

— Mierda, Becky. La hubieras visto, echaba fuego por los ojos y espuma por la boca. — Decía Heidi, exagerado un poco. — Nos estacionamos en un lugar y sin decir nada, salió corriendo fuera del auto. Tratamos de alcanzarla pero fue inútil, ya había desaparecido.

— No sabemos dónde está. — Heng caminaba de un lado a otro preocupado. — Apagó su teléfono y pensamos que estaba contigo pero ya veo que no.

— Obvio que no, ¿qué hora es? — Pregunté mientras me cepillaba los dientes.

— Dos de la mañana. — Me contestó Heng — No sé a dónde carajos fue, pero pongo la mano al fuego a que hizo una tontería.

— Mierda, mil veces mierda — Dije entre dientes. — Vamos a buscarla, rápido. — Les dije.

Mis manos ya estaban temblando y mi corazón amenazaba con salirse de su lugar. Si algo le pasaba a Freen, no me lo perdonaría nunca.

Salimos de mi casa y nos montamos en el auto de Heng. El silencio incómodo se hizo presente. Los tres sabíamos que Freen podía hacer cualquier jodida cosa estúpida.

— ¿Opciones de dónde pueda estar? — Pregunté.

— Quizás allá ido a Hot. — Dijo Heng.

— Bien, vamos a Hot. — Le dije.

— Le mandaré un mensaje a Nam y Dew para que revisen la casa de Freen. —Dijo Heidi. — Irin y Jason están en Hot, les comenté algo hace un rato.

Heng aumentó la velocidad, parecía nervioso, en realidad los tres lo estábamos. Conociendo a Freen y sus cambios de humor, ¿quién no lo estaría? No podía pensar en nada, mi preocupación me estaba dominando.

Diez minutos después, estábamos afuera de Hot, en donde había mucha gente haciendo fila.

— Yo bajo, ustedes quédense aquí. — Les ordené.

— No, yo voy contigo. — Dijo Heng y yo negué con la cabeza. — Becky, hay muchos hombres ebrios ahí adentro, podrían agarrarte. — Decía desabrochando el cinturón de seguridad.

— ¡Mierda Heng! ¡Quédate aquí! — Le grité pero él ya había bajado.

— ¡Becky te pueden hacer algo! — Gritó frustrado.

Suspiré y lo miré varios segundos.

— Bien. — Dije entre dientes.

Entramos a Hot y tomé la mano de Heng para no perderlo. Entramos con dificultad, olía demasiado a alcohol y cigarros.

Heng me jaló hacía un lado evitando que chocara con una pareja. Cuando llegamos casi al centro de la pista de baile, Irin salió junto con Jason entre la multitud.

— ¿Encontraron a Freen? — Preguntó Heng.

— No. — Respondió Jason. — Fuimos con Billy
y él dijo que no lo ha visto.

— ¡Maldición! Freen no ha venido por aquí. — Dijo Heng.

— ¿Billy? — Pregunté confundida.

— Sí, él conoce a Freen. — Respondió Irin. Suspiré con frustración. — Tranquila, Becky, ella va a aparecer.

— Cada minuto que pasa me pongo más nerviosa. — Dije caminando a la salida.

— Quédense, nosotros vamos a buscarla. — Escuché a Heng decirles. — Quédense por si aparece por aquí.

Al salir del Hot, tenía unas terribles ganas de tirarme al suelo y llorar.

Heidi estaba hablando por teléfono y cuando volteó a verme, negó con la cabeza. Dew y Nam no la habían encontrado en su casa.

Las horas pasaban y aun no podíamos encontrar a Freen y para empeorar las cosas, había empezado a llover, buscamos en los parques más famosos, cerca de su casa, cerca de mi casa, en la escuela, restaurantes. Prácticamente en toda la ciudad y aun así no la podíamos encontrar.

Me sentía culpable y tonta. Y si le pasaba algo, sería todo por mi culpa.

— Será mejor, que nos vayamos a casa. — Murmuró un Heng derrotado.

— ¡No, no podemos! — Intervine.

Heidi volteó a verme desde el asiento del copiloto. — Becky, son casi las seis de la mañana.

— No, no descansaré hasta volver a ver a Freen. — Dije con voz temblorosa. — Por favor.

— Bien, pero primero vayamos a mi casa quiero darme una ducha. — Dijo Heidi. — Becky, mínimo deberías mojarte la cara, te ves exhausta.

— ¡Espera! — Dije mientras repetía en mi cabeza lo que ella acababa de decirme.

"Mojarte".

"Mojar".

"Agua".

"Playa".

— ¡Ya sé dónde está! — Exclamé.

Sexo Secreto // Freenbecky [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora