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— ¿Qué? — Pregunté incrédula.

Sus brillantes ojos me miraron fijamente mientras acariciaba mi mejilla con sus dedos y apartaba algunos mechones de mi cabello.

— Fue en primer año, el primer día. Cuando entraste con Irin a la cafetería. Todos captaron su atención en Irin por la blusa que dejaba ver su estómago. Pero tú captaste la mía con esos Jeans apretados, esos converse desgastados y ese suéter negro. Tu cabello en ese entonces era un poco más corto que ahora, y estaba enmarañado. — Rió recordando los momentos, lo cual me hizo reír a mí también. — Estabas tan hermosa y natural que me fue imposible dejar de verte cuando llegaste a la mesa de Nam y Heidi. — Sonreí. — Becky, desde ese día me dije a mi misma que tenías que ser mía y no solo en la cama, si no en todos los aspectos. Nunca supe como acercarme a ti porque todos los que lo hacían salían lastimados. Así que lo único que apareció por mi mente fue que me tomaras por tu "enemiga". — Acarició mis labios. — Pero en 2 años, nunca obtuve tu atención. A menos que fuese para golpearme por alguna tontería que dijese. Hasta este año, donde me dije a mi misma que tenía que hacer algo para tenerte, para que te dieras cuenta de lo mucho que me importabas. Y empecé a acosarte con mis perversiones. — Reí mientras agachaba mi cabeza. — Eres tan hermosa. Tan perfecta... Nunca en mi vida he amado a alguien. Becky, yo te quiero. Te quiero tanto que incluso me da miedo. — Me abrazó y besó mi cabeza. Yo estaba sorprendida. Heidi tenía razón cuando me dijo que Freen estaba "babeando" por mí.

— Freen, yo... Yo no sé qué decirte.

— No digas nada, solo... Solo acepta ser mi novia. — Se separó de mí y con su mano izquierda acarició mi mejilla. — ¿Quieres? Por favor, se mía.

— Freen, yo... — Me quedé sin palabras. Dios, esto no estaba pasando. Habíamos quedado en tener sexo pero sin nada de lazos afectivos, ¿dónde había quedado eso? — Yo, yo, yo no... No estoy preparada para esto, Freen. Lo siento.

La alejé de mí y tome mis cosas y salí de su recamara lo más rápido que pude. Escuché su voz gritando mi nombre pero no me detuve.

Bajé las escaleras y corrí a la puerta principal. Tampoco le puse atención a Nun, solo quería salir de ahí y olvidar todo. Olvidar lo que me había dicho y olvidarme de ella.

Me subí a mi auto y arranqué el auto. ¿Ahora a dónde se supone que iría? No podía ir a mi casa porque era seguro que ahí estuviera mi mamá. No podía ir con Irin, estaba en la academia de baile. No podía ir con Nam porque era seguro que estaba con Dew.

Respiré hondo y decidí intentar con Heidi.

Bajé del auto y toqué desesperada su puerta. — ¿Becky? — Murmuró un poco preocupada. — ¿Paso algo?

No respondí. No asentí. Simplemente caminé a ella y la abracé llorando.

— Tranquila, pequeña. — Dijo mientras acariciaba mi cabello. — Vamos, pasa y cuéntame que sucede.

Heidi me había preparado un café mientras hacía una llamada. A los diez minutos, Irin y Nam llegaron a la casa de Heidi.

Comencé a contarles la historia de lo sucedido a las chicas detalle por detalle sin poder evitar las lágrimas. No entendía la razón del porque estaba llorando. Sentía culpa y remordimiento por Freen, sentía demasiados sentimientos, pero ninguno los podía descifrar.

— Quizás... Freen si estaba enamorada de ti desde el inicio. — Opinó Nam.

Irin acarició mi espalda. — Becky, yo creo que ella se enamoró de ti cuando tuvieron sexo.

Heidi asintió. — Sí, tal vez con el sexo nació el amor en ella.

— Por Dios, solo hemos tenido sexo dos veces. —Dije limpiando mis lágrimas con mis manos.

Sexo Secreto // Freenbecky [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora