anhelo

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Una noche, durante un baile de la reina en la majestuosa mansión Bridgerton, Violet Bridgerton se encontraba envuelta en un torbellino de telas exquisitas y murmullos sofisticados. Con su elegante vestido azul oscuro, parecía una figura salida de un cuadro, pero su mente estaba lejos de la fiesta y el esplendor a su alrededor. Sus pensamientos estaban atrapados en Portia Featherington, quien observaba desde el borde de la sala con una mezcla de melancolía y anhelo.

Edmund, su esposo, apareció a su lado con una sonrisa galante. "Violet, ¿me concederías el honor de un baile más?"

Era una petición que ella no podía rechazar sin levantar sospechas, así que asintió con gracia y se dejó guiar por su esposo a la pista de baile, aunque su corazón latía con fuerza por lo que estaba a punto de hacer. Mientras giraban con la música, Violet no podía evitar sentir el peso de la mirada de Portia sobre ellos. Cada vez que sus ojos se encontraban, el mundo parecía detenerse por un instante, como si en esos breves momentos estuvieran solas, compartiendo un secreto que nadie más podía entender.

Al finalizar el baile, Violet se encontró con la mirada de Portia una vez más. Esta vez, la expresión en los ojos de Portia era diferente: no solo tristeza, sino también una chispa de algo más, algo que Violet no se atrevía a nombrar por temor a lo que significaría.

Cuando la música cesó y los invitados comenzaron a dispersarse, Violet aprovechó un momento de distracción para alejarse discretamente de la sala abarrotada y seguir a Portia, cuyo rastro había seguido hasta el tranquilo jardín iluminado por la luz de la luna.

"Portia", llamó Violet suavemente al alcanzarla, su voz cargada de emociones que habían estado esperando para ser liberadas.

Portia se volvió con sorpresa y algo de cautela en sus ojos. "Violet... ¿qué estás haciendo aquí?"

Violet cerró la distancia entre ellas con determinación, su rostro reflejando una mezcla de culpa y deseo reprimido. "No pude soportar verte allí, mirándome... como si quisieras estar en el lugar de Edmund."

Portia bajó la mirada, apretando los puños a su lado. "¿Y si es cierto? ¿Y si desearía estar en su lugar, bailando contigo?"

Las palabras hicieron eco en el silencio tenso del jardín, donde las sombras jugaban con la intensidad de sus emociones entrelazadas. Violet exhaló, buscando las palabras adecuadas para explicar el torbellino de sentimientos que la había llevado hasta allí.

"Nuestro amor es un pecado ante los ojos del mundo", comenzó Violet con voz entrecortada. "Pero no puedo ignorar lo que siento por ti, Portia. Cada vez que nuestros caminos se cruzan, mi corazón clama por ti."

Portia la miró con ojos húmedos, su voz temblando de emoción contenida. "Y el mío por ti, Violet. Pero vivimos en jaulas de oro, atrapadas por las expectativas de los demás."

La frustración burbujeaba en el pecho de Violet mientras se acercaba más a Portia, su aliento mezclándose en el aire cargado de deseo y desesperación. "¿Por qué no podemos ser libres? ¿Por qué debemos escondernos detrás de máscaras y mentiras?"

Portia retrocedió, sus ojos brillando con una mezcla de rabia y anhelo. "Porque el mundo nunca aceptará lo que somos. Porque nuestras vidas están destinadas a ser una farsa, una mentira que seguimos para sobrevivir."

Violet tomó la mano de Portia con suavidad, sintiendo la piel suave bajo la caricia de sus dedos. "Entonces, ¿qué hacemos ahora?"

Portia se mordió el labio inferior, sus ojos buscando los de Violet con una intensidad que encendió una chispa en el corazón de ambas mujeres. "No lo sé, Violet. Pero no puedo soportar más esta distancia entre nosotras."

Violet & PortiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora