Capitulo 1: Infancia

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La luna llena iluminaba la aldea de Konoha, proyectando sombras alargadas sobre los edificios y callejones. El ataque del Kyūbi, el Zorro de Nueve Colas, había dejado cicatrices profundas, no solo en el paisaje, sino también en los corazones de los aldeanos.

En el hospital de Konoha, el ambiente era tenso, hacía mucho tiempo que no estaba tan lleno. En una habitación aislada, donde solo unos pocos tenían permitido entrar, yacía Kushina Uzumaki. Los monitores médicos emitían un pitido constante marcando el ritmo de su corazón. A pesar de las terribles heridas que había sufrido, su cuerpo seguía luchando, aunque su mente había cedido a la oscuridad.

Hiruzen Sarutobi, el Tercer Hokage, estaba de pie junto a la cama de Kushina. Su rostro, normalmente sereno y lleno de sabiduría, ahora mostraba una mezcla de tristeza y preocupación. Junto a él, varios miembros de alto rango de la aldea discutían en voz baja, conscientes de la gravedad de la situación.

"Kushina ha entrado en coma profundo," dijo un médico, rompiendo el silencio incómodo. "No sabemos si despertará."

La noticia cayó fuertemente en la habitación. Hiruzen asintió lentamente, comprendiendo las implicaciones. Con Minato, el Cuarto Hokage, muerto al sellar al Kyūbi dentro de su hijo recién nacido, y ahora con Kushina en coma, Naruto estaba completamente solo.

"¿Qué haremos con Naruto?" preguntó uno de los consejeros, su voz cargada de incertidumbre.

"No podemos dejar que la aldea sepa quién es realmente. Sería un blanco para nuestros enemigos" dijo Danzo Shimura.

Hiruzen contempló la situación. Naruto, el hijo del Cuarto Hokage y portador del Kyūbi, debía ser protegido a toda costa. Sin embargo, con sus padres fuera de combate, la única opción viable parecía ser el orfanato de la aldea, donde además se ocultaría su identidad hasta que su madre despertara.

"Naruto será enviado al orfanato," declaró Hiruzen con firmeza. "Su identidad debe mantenerse en secreto por su propia seguridad, no debe saberse que es el hijo de Minato y Kushina. La historia oficial de Naruto será que sus padres fallecieron por el ataque del Kyubi"

Los consejeros asintieron, aunque algunos mostraban signos de duda. Sabían que esta decisión, aunque necesaria, sería difícil para el niño.

Mientras tanto, en otro rincón de la aldea, un pequeño niño con cabello rubio y ojos purpuras dormía plácidamente en una cuna improvisada. Naruto Uzumaki, ajeno al tumulto que lo rodeaba, soñaba sin preocupaciones. Su pequeño pecho subía y bajaba rítmicamente, y una débil marca en forma de espiral en su vientre era el único indicio del poder que albergaba en su interior.

Los días siguientes fueron un torbellino de decisiones y preparativos. El orfanato, ubicado en un sector más tranquilo de Konoha, se preparó para recibir a Naruto. Los cuidadores, aunque amables en su mayoría, no podían evitar sentir una cierta aprensión hacia el niño, (pues ya se rumoreaba que el niño que se les enviaba era el jinchuriki del zorro de las 9 colas, parece que de alguna manera el rumor se había esparcido por alguno de los ninja médicos que había visto el sello). El ataque del Kyūbi aún estaba fresco en sus mentes, y muchos lo asociaban con la criatura que había causado tanto dolor y destrucción.

Naruto fue trasladado al orfanato bajo la cobertura de la noche, para evitar miradas curiosas. Hiruzen con un jutsu de transformación, personalmente supervisó el traslado, asegurándose de que todo se hiciera con la máxima discreción. Al llegar, el pequeño fue colocado en una cuna sencilla, rodeado de otros niños que, como él, habían perdido a sus familias de una forma u otra.

Y aunque Hiruzen se había comprometido a cuidar a Naruto, esa habría sido la última vez que lo vería en mucho tiempo, pues al retomar el puesto de Hokage no tenía tiempo para hacer otra cosa.

El Renacer del Rinnegan: El Legado de NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora