Capitulo 10: El equipo Gai

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En las últimas semanas la vida diaria de Menma había adquirido un ritmo que, aunque para cualquiera parecía ser exigente, a esté le resultaba relajado y gratificante. Cada amanecer, el sol asomaba sobre el horizonte, iluminando Konoha con tonos dorados y despertando a sus habitantes. No obstante, Menma se despertaba antes que la mayoría, su día comenzaba a las 5 de la mañana, hora en la que se alistaba para salir. En contraste a su gran madurez ninja y los libros de entrenamiento, su habitación se encontraba decorada con posters de héroes ninja de Konoha como Minato, además de máscaras ninja y juegos simples que su madre le había comprado.

Como sea después de alistarse tomaba un rápido desayuno, que a menudo consistía en arroz y pescado, seguidamente se dirigía al bosque detrás de su casa, lugar donde se encontraban los campos de entrenamiento especial Anbu. Este lugar, lleno de árboles altos y verdes, era donde pasaba la mayor parte de su tiempo, claro siempre y cuando no estuviera en una misión.

Durante las primeras horas del día, Menma se concentraba en las técnicas de taijutsu. Aunque inicialmente había deseado trabajar con varios cientos de clones de sombra para acelerar su proceso como estaba acostumbrado, tenía estrictamente prohibido hacer más de 2 clones de sombra para entrenar, pues si alguien lo llegara a ver con tantos clones comenzaría a sospechar sobre su identidad y llamaría mucho la atención. Por lo que con sus 2 clones se concentraba en realizar movimientos fluidos y potentes, perfeccionando cada golpe y cada patada. Luego continuaba entrenando su velocidad y por último su fuerza física.

Después de esto, pasaba al uso del chakra. Uno de los clones meditaba en el centro de un claro, cerrando los ojos y respirando profundamente, conectándose con el flujo de energía que lo rodeaba. Con el rinnegan, había aprendido a visualizar el chakra de diferentes formas. Mientras tanto el otro clon de sombra se centraba en aprender nuevos jutsus de diferentes naturalezas de chakra para ampliar su arsenal y aprovechar su afinidad a las 5 naturalezas. Y por otro lado el Menma real pasaba su tiempo experimentado con los jutsus que conocía a diferentes niveles de chakra, por ejemplo: recientemente había aprendido que si agregaba demasiado chakra al hacer el hiraishin no jutsu podía ralentizar ligeramente los objetos a su alrededor.

Todo esto era su entrenamiento fundamental, pero algunos días variaba al final de sus entrenamientos, algunos días practicaba su uso con su katana, algunos otros días practicaba genjutsu, control de chakra, etc.

Ahora, mientras Menma se entrenaba, su clon, Naruto Uzumaki también vivía su propia rutina en la academia ninja. Desde que había sido creado, el clon se había convertido en un genio, casi un prodigio, destacándose en las clases y ganándose la admiración de sus compañeros, claro que siempre limitaba hasta cierto punto sus capacidades para no llamar demasiado la atención. Y este límite autoimpuesto tenía nombre Sasuke, Naruto siempre buscaba mantenerse en un nivel en el que pudiera rivalizar con Sasuke, esté último por su parte se esforzaba cada día más, y a pesar de seguir en la academia ninja probablemente su nivel actual sería suficiente para enfrentar a un chunin.

En fin luego de cada noche el clon hacía otro clon y los desvanecía, de este modo Menma recibía todo el conocimiento que el clon había recibido. Era como si Menma pudiera ver la vida a través de sus ojos, experimentando la camaradería y las pequeñas aventuras de la infancia, incluso sentía que vivía con su madre. Esto era extraño de cierto modo, pues Kushina que tenía la obligación de vivir con el clon, a menudo contaba historias sobre su propia infancia, sus experiencias como ninja e incluso como había conocido a Minato. Estos recuerdos se insertaban en la memoria de Menma casi como si el mismo los hubiera vivido, aunque sabía que no había sido así.

En otro lugar de Konoha las calles de la aldea estaban llenas de actividad, con ninjas y aldeanos ocupados en sus rutinas diarias. Pero nos centraremos en 4 figuras avanzaban rápidamente por uno de los caminos que llevaban a la oficina del Hokage. El equipo de Gai sensei, conocido por su determinación y disciplina, caminaba con una energía que contrastaba con la tranquilidad de la mañana.

El Renacer del Rinnegan: El Legado de NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora