“Cause' I love to love to love to love to love you.”
TODO EN LA PERSPECTIVA DE NANA.
El invierno de Japón cesó, y la calidez de Nana trajo una primavera llena de flora y fauna a la vida de Mizu. Lo mejor de todo es que no importaba qué tantas temporadas pasaban, cuantas lunas llenas se pusieran al mes, o cuantas veces lloviera, Nana siempre volvía, y cada vez, más grande y madura.
Junto a ella, creció Mizu, que poco a poco iba dominando el arte de la espada, y a su vez admiraba la forma en la que Nana peleaba y cazaba, incluso si era mejor que ella, la admiraba, su amistad más fuerte que el odio se transformó en algo mucho más hermoso, el amor que ambas tenían por aferrarse a la vida, de cualquier forma, y así mismo el amor que se tenían la una a la otra, aunque no lo dijeran en voz alta.
Para el cumpleaños número catorce de Nana, Mizu preparó una sorpresa, sabiendo que ella vendría en la madrugada, se trasnochó desde días anteriores solo para regalarle algo que ella misma sabía que a Nana le gustaría.
Algo que ella pueda llevar a todas partes, y cargar la memoria de la ojiazul consigo.
—No me gusta la idea de tener una pareja. — Comentó la femenina, mirando al cielo azulado, se encontraba acostada en un prado verde al lado de Mizu, en la cima de una colina frondosa. Sus manos se estrujaban encima de su estómago.
—Qué raro, todas las niñas quieren eso.. — Respondió la contraria, quien estaba bocabajo, sus brazos servían como apoyo a su cabeza, la cuál estaba de lado mirando el rostro de la de ojos café.
Hubo un silencio corto, en el que Nana pensó sus próximas palabras. Se pondría de lado, para ver a Mizu completamente, en posición fetal.
—O sea, me gustaría, pero lo de tener hijos y vivir encerrada no. — Aclaró, entre risas.
La de cabellos negros quedó completamente callada, sin saber cómo seguir la conversación, entonces, Nana siguió añadiendo.
—Es mucho trabajo.. Pero si no tengo esposo, tampoco podré viajar a otros lugares, y no podré comprar cosas en el mercado. — Suspiró molestamente. — ¡Estoy obligada a hacerlo, quiera o no!
—¿Para que quieres viajar? ¿No te gustaría quedarte en un sitio por siempre?
— Hmm.. No. Me gusta descubrir nuevos lugares en donde ver el atardecer. — Confesó, simpática. — Por ejemplo, este es mi lugar favorito de esta aldea, porque puedo ver el atardecer tranquilamente, pero en Kyoto, mi lugar favorito es en un campo llano, porque no hay árboles..¡Y hay muchas vacas!
—Ya veo.. — Sentenció Mizu, pensativa, se acomodó mejor para ver a Nana, más centrada.— Yo..
Cortó su diálogo, insegura, las cosas que iba a decir a continuación eran riesgosas, tanto que hasta dudaba si continuar o cambiar el tema.
— ¿Túúúú..? — Prosiguió la castaña, risueña.
En un salto de fé, Mizu continuó.
—Yo podría fingir ser tu prometido. — Finalizó, nerviosa de como podría reaccionar la otra— Le diría al mundo que eres mía, solo para que tú puedas hacer lo que quieras, viajar por Japón, ver atardeceres, comprar lo que sea en el mercado, pero solo si TÚ quieres.
Evitó el contacto fijo con ella, asustada de su reacción, era casi evidente que se le estaba insinuando, pues, sabía lo inteligente que era Nana, pero quería creer que esta no se daba cuenta. Sintió una mano colarse por su desordenado cabello, dandole un masaje capilar, inmediatamente su estomago se alborotó, una sensación cálida que iba desde el inicio de su garganta hasta las mariposas en su estómago, levantó la mirada para ver a su querida Nana, con un semblante cálido y amable, sus ojos cafés daban directo con sus azules zafiro.
—No me molestaría.—Su mano que estaba acariciando su cabello bajó a dar ligeras cosquillas en su nuca, su tono era dulce y apaciguado.
Nana se levantó, quedando sentada en posición de indio, poco después Mizu hizo lo mismo, quedando ambas cara a cara. La primera alzó su mano con el dedo meñique parado.
— Entonces, hay que hacer una promesa. —Dijo— Siempre estaremos juntos, sea como sea, cuidarás el frente y yo seré la que cubra tu espalda.
—Seré el que despeje tu camino, y tú me vas a defender desde el horizonte. — Completó Mizu, entrelazando su dedo meñique con el de ella.
—Trato.
—Trato.
El juramento terminó entre risas y sonrisas, poco a poco, el atardecer abrazó la copa de los árboles, disfrazando las hojas de un rojo verdoso, y las flores se dormían con la calida melodía de los grillos.
—¿Volvemos? — Mizu se levantó, dándole la mano a la otra chica.
— Si, claro. — Sonrió ampliamente, tomando impulso para levantarse con la mano de Mizu.
Ambas estando de pie, Nana le dió un abrazo fraternal a su mejor “amigo” en todo el universo, sus brazos rodeaban su cuello con suavidad y su aliento chocaba contra su hombro, poco después sintió los brazos de la pelinegra rodearla también, y por primera vez en tanto tiempo, sintió que estaba entrando en el corazón de Mizu, estaba dejando la luz entrar en su interior.
—¡Cuidado! — Gritó Mizu repentinamente. tirandola a un lado.
Nana cayó al suelo, confundida, se levantó rápidamente para preguntarle por qué lo hizo, pero Mizu ya estaba noqueada en el suelo, y con pocas señales de vida.
Holi, volví, quizás la próxima semana vuelva a actualizar, me desaparecí por dos meses por clases. Ahora sí empecemos con lo duro.💗
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Let The Light In | Blue Eye Samurai
FanfictionMizu Y Nana son cercanas desde una temprana edad, al punto de conocer de pies a cabeza el alma de la otra, lo que Nana no sabe, es que Mizu es una mujer. Tras perder lo único que la valoraba de verdad en este universo, Mizu planea vengarse de esa pe...