Mizu Y Nana son cercanas desde una temprana edad, al punto de conocer de pies a cabeza el alma de la otra, lo que Nana no sabe, es que Mizu es una mujer.
Tras perder lo único que la valoraba de verdad en este universo, Mizu planea vengarse de esa pe...
Pronombres de Mizu varían dependiendo de la perspectiva.
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Nana cayó al suelo, confundida, se levantó rápidamente para preguntarle por qué lo hizo, pero Mizu ya estaba noqueada en el suelo, y con pocas señales de vida.
— ¡Mizu! — Gritó la chica, desgarrando su garganta a más no poder.
Las dos se encontraban rodeadas por dos tipos, uno de ellos agrediendo al pelinegro mientras que el otro estaba parado en frente de ella, con una sonrisa descarada, la apariencia de ambos era desordenada y sucia, parecían ser vagabundos buscando meterse en problemas.
—¡Jooo! ¿¡Preocupada por tu maridito!? —Carcajeó el mendigo enfrente de Nana.
—¡Eres un ingrato, te voy a moler esa puta cara que te traes! —La mano de la chica tanteó en el pasto buscando un objeto con el cuál pegarle.
Sus dedos encontraron algo pesado y grande, lo cuál arrojaría al rostro del extraño, siendo una roca áspera y llena de musgo, el hombre inmediatamente retrocedió unos pasos en agonía mientras se tomaba su nariz que sangraba a chorros, lo que le dió chance a Nana de pararse completamente y encajarle un golpe en la mandíbula, impulsado desde abajo como un gancho, el vagabundo quedó en blanco, otra vez.
Nana gira sobre su propio eje, levantando una de sus piernas y rematar al oponente con una patada letal en las costillas, logrando derribarlo. El tipo se retorcía en el suelo, la sangre saliendo por su boca.
—¡Mizu! ¡Levántate! — Reclamó la de ojos café, viendo como el otro malhechor pateaba constantemente en el estómago a su compañero.
—¿Ah? No puede ser.. —Dijo el hombre, volteando hacia ella, viendo el estado en el que dejó a su amiguito. — ¿Pero qué te crees, niña? ¿Con que jugando a la lucha libre, ah?
El tipo abandonó el débil cuerpo de Mizu en el suelo, y se aproximó a ella con una gran velocidad, de la misma forma, ella se acercó a él, lista para pelear puño a puño.
El tipo le direccionó un golpe en el estómago, bloqueado rápidamente por la niña con sus dos manos, aprovechando la cercanía, Nana le propinó un rodillazo en la entrepierna, el grito agonizante del hombre inundó el bosque, los cuervos abandonando los árboles mientras ellos seguían peleando.
Rápidamente contratacó el agresor, empujándola con su otra mano hacia atrás, dejándola en el piso nuevamente, la cabeza de Nana rebotó dos veces contra la grama, aturdiendola.
— ¿Que pasa, chiquita? ¿Se te acabó la pelea? — Burlón, se acercaba a ella otra vez, sus intenciones eran más que malas.. Eran asquerosas y repugnantes.
Nana cerró sus ojos, mareada y asustada, poco a poco la noche abundaba el bosque y ellos se quedaban a oscuras, sólo le quedaba aceptar su fin..
— Pero qué - —La voz masculina del tipo fué arrasada por el sonido seco de un tronco chocar contra algo duro, los pasos se alejaron y ahora la pelea parecía ser con otra persona.
