Balas Perdidas

7. Egoísmo

Me mantenía serena en aquella habitación de paredes blancas, donde lo único que se escuchaba era el eco de distintas voces de la planta inferior y el clic del reloj que se mantenía como recordatorio de que el tiempo seguía pasando a pesar de lo quieta que estaba.

La puerta abriéndose hizo que me fijara en la persona que cruzaba por ella, uno de los asistentes me miro serio mientras observaba el reloj de un rápido vistazo. 

─Hódar, "L" te espera─ Hablo sereno mientras se hacia un lado para que pudiera pasar a la oficina. Pude observar al hombre que tan familiar se me hacia fumar del puro que colgaba de su boca, mientras con un pequeño traqueteo tocaba la madera de su mesa. Me vio y me dedico una pequeña sonrisa para que me sentara en el asiento del frente.

A simple vista era el prototipo de mafioso, un poco subido de peso, un peinado hacia atrás y una barba de un par de días. Aun asi, no le quitaba lo intimidante, pues las cuencas de sus ojos eran mas cóncavas de lo normal y le hacia tener una mirada de lo mas tenebrosa.

─Violetita, has estado ocupada últimamente... ─Se recostó en su silla manteniendo su sonrisa, mientras seguía aspirando de su puro─ ¿No estarás metida en líos?

─Claro que no...─ Me removí en el asiento, sabia perfectamente que cuando me llamaba a su oficina era por algo mas allá de lo personal─ Padre... Puedo explicar lo del otro día. . .

─Asi que sabes por que te he llamado─ Amplio su sonrisa mientras reía de manera amistosa, aunque aun asi sonara intimidante─ Eres una chica lista, como siempre. 

─Cris ha vuelto a utilizar las drogas para lo de siempre─ Hable un poco molesta─ ¿Vas a dejar que perjudique la imagen del club? 

─Mmm ... ─ "L" se levanto y se dirigió a una pequeña barra, colocando un hielo en un vaso para verter whisky posteriormente en el─ Tienes razón, tendré que hablar con el... Sin embargo.

Se acerco otra vez a su silla mientras le daba un trago largo a su vaso.

─Es la primera vez que te veo tan implicada en el asunto─ Se sentó en silla, moviendo en círculos su vaso girando el alcohol en el mientras mantenía su mirada fija en mi─ ¿Qué ha cambiado esta vez?  

─Nada─ Respondí rápidamente con calma, a pesar de que el hombre que tenia en frente me conocía bastante bien, intente alejar las sospechas de que algo mas me haya impulsado esa noche a actuar─ Sabes bien que lleva bastante tiempo molestándome sus intenciones, ayer simplemente exploto mi enfado. 

El asintió lentamente mientras daba otro trago largo, acabándose el vaso entero y dejándolo en la mesa. Empezó a buscar en un cajo del escritorio hasta sacar una carpeta de la cual saco un par de fotos donde pude verme a mi junto a Chiara, cuando la acompañaba a casa. Sentí un escalofrió trepar por mi columna vertebral y decidí inspirar para calmarme. Mantuve la compostura, había estado en situaciones peores pero esta se sentía levemente diferente. 

─¿Que me puedes decir sobre Chiara Oliver?─ Escuchar su nombre completo era agradable, aunque en esta situación la sensación dejaba un sabor agridulce─ Y sabes perfectamente como soy... Es mejor que empieces con la verdad.

Cerré mis ojos por un momento levemente frustrada, removí mi pelo en un gesto nervioso y resople. Tenia miedo de lo que el supiera y mas miedo aun de lo que tuviera pensado hacer. 

─Fue la que me curo las heridas el día que me golpee las costillas en aquel trabajo─ Hable con seguridad, pues no era mentira aunque estaba omitiendo los otros encuentros─ Sentí que le debía una, asi que la protegí a ella y a su amiga de Cris.